Cultura

"Uno de los placeres de escribir es que puedo hacer viajes en el tiempo"

  • Mañana lunes a las 20:00 horas presenta su novela 'Tren de lejanías' en el Círculo Mercantil acompañada de la periodista María Jesús Recio y su editor Manuel Pimentel

Mañana lunes a las 20:00 horas, en el Círculo Mercantil de Almería presenta su último libro Tren de Lejanías. El acto que será presentado por la periodista María Jesús Recio contará con la presencia de Manuel Pimentel, editor de Arcopress, editorial que ha publicado la obra.

-¿Cómo surge la idea de escribir esta novela donde la protagonista es una almeriense?

-La idea de que la protagonista sea una almeriense surge del placer que me reporta escribir sobre lo que conozco y proyectar lo mejor de nosotros al mundo, a través de la mirada de una mujer fuerte, una almeriense. De otro lado, quería poner de manifiesto la importancia de nuestra Carmen de Burgos, su contribución al acervo cultural del mundo civilizado del siglo XX en una novela. De esa combinación, surge una sobrina segunda de Carmen, Elena, que viaja por Europa en busca del resto de su vida.

-En este libro se describe la Almería de principios del siglo XX. ¿Se ha documentado para mostrar cómo era la ciudad en ese tiempo?

-Evidentemente. Siempre me han fascinado esas fotos antiguas de Almería que he visto desde pequeña. Otro de los placeres de escribir es la posibilidad de hacer viajes en el tiempo y sumergirte en otras épocas diferentes a la tuya, viviendo aventuras en mundos pretéritos. Me ha encantado mezclarme en las páginas de Tren de lejanías con Trinidad Cuartara y sentarme con él en la playa a hablar de arquitectura, escuchar las bandas de música de los domingos en el Paseo del Príncipe, bailar hasta caer rendida en el Círculo Mercantil, hacer excursiones de merienda al Cortijo Fischer... Ah, y los paseos en coche de caballos.

-En el fondo, la trama es una historia desgarradora donde la protagonista busca incesantemente a su marido que ha vuelto a su país, Alemania.

-Yo diría que el desgarro está más bien en la superficie. Es la excusa para viajar por Europa, descubrir otras ciudades, otros personajes de gran relevancia y de paso desdramatizar, relativizar si acaso, el desamor. La vida es mucho más que amor y eso también lo incorpora a su tren nuestra Elena. Hay un viaje de ida y otro muy diferente de vuelta en el fondo y en la forma, fruto de las experiencias vividas.

-Se podría catalogar la novela como un gran viaje, con billete de ida y vuelta. Al final, la protagonista regresa a España.

-No me gustan las catalogaciones, predisponen al lector a acotar su imaginación, pero, obviamente hay un doble viaje, el personal y el físico donde el único fin no es volver a España, si no de qué manera vuelve, qué herramientas porta en su bolsa de viaje para construir su vida.

-La novela tiene un cierto halo de intriga, puesto que cuando se comienza es necesario acabarla sin apenas respiro.

-Bueno, eso lo consideraré como un gran halago, gracias. La voz de la novela es personal, es decir, no hay una voz omnisciente que nos da todas las respuestas. De manera que, el efecto buscado, y parece que encontrado, es que muy pronto el lector toma como suya la premura de Elena en encontrar respuestas, convirtiéndose en protagonista.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir esta interesante novela?

-El tiempo de reflexión sobre la historia, toda mi vida. Aquí están recogidos los frutos de mis lecturas, de mis reflexiones, de mis anhelos, en suma, de mi maduración personal y literaria. El tiempo de redacción ha sido de dos años, más uno de corrección. Digamos que está hecha a fuego lento.

-Una vez publicada se siente feliz con el resultado final.

-Estoy más que satisfecha. El aterrizaje no ha podido ser mejor. Las librerías de toda España la han acogido con los brazos abiertos y me comenta la editorial, Arcopress, que esto no es precisamente común con una escritora desconocida, máxime en los tiempos que vivimos. Además, todo el que la lee está siendo muy expresivo con respecto a esa lectura trepidante de la que hablábamos antes, como si acabasen de bajar de la montaña rusa. Esto ya es para dar saltos de alegría. Doy fe que los doy todos los días.

-¿Qué le ha dicho su familia tras leer el libro?

-La familia, casi toda, no valora tu trabajo hasta que no tienen el refrendo de la calle. No es maldad, es cautela. Ellos te conocen de otras cosas y no se atreven a decir a priori que les ha encantado, no vaya a ser que sea el amor el elemento distorsionador de sus conclusiones. Ahora ya se lanza sin pudor a apoyarme verbalmente y decirme que este tren está a la altura de cualquier AVE. El otro apoyo, el incondicional del día a día siempre lo tengo.

-¿En qué está ahora? ¿Está preparando algo nuevo?

-Estoy acabando otra novela de intriga enmarcada en un pueblo de Almería, Alboloduy, en 1770, donde hay una monja investigadora sobre crímenes inexplicables, una niña que sufren apariciones de otras dimensiones, arquitectura, personajes históricos... otro tobogán. Espero.

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