Cultura

El público almeriense se entrega a RVFV en el festival de cultura urbana

  • Festial Urban Lei celebró su segunda jornada con batallas de break dance, trap y una comprometida apuesta por la moda inclusiva

La multicisciplinaridad, la inclusión y la fusión que anunciaba este festival se hace realidad en el agitado programa de actividades que durante estos días está movilizando a la ciudad en torno al arte urbano. La pasarela verde que vistió el viernes la Plaza Mónsul de un centro comercial hacía un guiño a esa necesidad de biodiversidad en las ciudades de la que se habló en la inauguración.

La tarde arrancó con la Micropasarela, un proyecto de carácter inclusivo en el que niñas y niños con necesidades diferentes participaron como modelos. La naturalidad y la diversión fueron los principales ingredientes de un proyecto de Navarro Pasarela en el que colabora la ONCE y Asalsido. La diputada de Bienestar Social y Familia, Ángeles Martínez, la edil de Familia, Igualdad y Participación Ciudadana, Paola Laynez, la concejala de Urbanismo e Insfraestructuras, Ana Martínez Labella y el Delegado Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rafael Pasamonte, fueron algunas de las figuras políticas que no quisieron perderse el desfile, representando a las instituciones colaboradoras.

Apareció en escena la música y la palabra sincera y reivindicativa de Silver Poppy; arrancaba así el desfile Festial Urban Fashion, un alegato a favor de la representación de la realidad en las pasarelas. Los modelos que desfilaron con la ropa de diferentes marcas del centro comercial, representaban una sociedad de todos los colores y de diferentes capacidades. “Hemos querido que la moda se haga eco sobre las pasarelas de las demandas sociales”, explican desde la organización del festival.

El proyecto supone un punto de inflexión en la moda y en la forma en que a veces pueden concebirse las manifestaciones de la cultura urbana. “Este festival es una ventana que se abre al mundo urbano para visibilizarlo mucho más y dar oportunidades, de manera que en un futuro la ciudad evolucione y facilite cosas para la cultura urbana en general”, apuntaba la artista Silver Poppy.

La noche cayó y aparecieron los b-boys y b-girls de la ciudad a ritmo del reconocido Dj Caesar. Bajo el ingenio y el frenético ritmo de speaker por excelencia del colectivo Breaking Almería, Soma, los bailarines se marcaron unos acrobáticos pasos sobre la pista de material Dekton diseñada para la ocasión por Cosentino. “Cultura urbana es todo el intercambio de conocimiento que se produce en la urbe, puede ser algo tan dispar como un corro de flamencos que se hace en un barrio tradicional almeriense, como unos b-boys bailando sobre una superficie o dos chavales que se estén tirando unas rimas”, explicaba David Román, representante de Breaking Almería. B-boy Micro fue el ganador de la batalla que contó con un jurado de breakers.

El Recinto Ferial aguardaba a más de mil personas para recibir a la figura indiscutible del trap en Almería. Si el argentino C.R.O puso con las manos en el aire al joven público, RVFV entró pisando fuerte con sus temas más conocidos como ‘Yo no sé’ o ‘Rakatá’, disparando las pulsaciones del recinto. Lo precedieron Chiche y Yeieme. “¿Cómo ha quedado el Almería?”, preguntaba a su público. Orgulloso de su tierra y dispuesto a arrasar con la música que le posiciona en las cumbres del trap, el trapero de Pescadería, Rafael Ruiz, emocionó a los jóvenes asistentes con mensajes que les invitaban a creer en ellos, luchar y superarse.

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