Festival de Teatro de El Ejido

Un viaje onírico por todas las etapas de la vida en 'La cama'

  • La compañía Teatro en el Aire trasladó a los 28 participantes a un mundo en el que el tacto, el olor o el sabor eran algunos de los sentidos que les provocaron una reacción

El público llega al espectáculo y sin palabras comienza a dejar su calzado en un círculo iluminado por una lámpara. Los cuerpos se dejan llevar por las intuiciones, por las miradas o por un simple gesto. Un camino que irradiaba pureza por su pulcro color blanco y unas personas que esperaban con una amplia y serena sonrisa daban comienzo al espectáculo La cama que trajo la compañía Teatro en el aire y que se puede disfrutar hasta hoy.

Una mano indicaba que se tumbaran y unas sábanas blancas cubrían a una persona que no sabía bien lo que iba a ocurrir. Los actores no lo parecían, se asimilaban más a terapeutas que iban a resolver las ansiedades o los problemas que pudieran tener los 28 participantes.

El temor fue lo primero que se asomó por el espectáculo. La historia de una niña que tenía miedo y su madre hacía lo imposible por solucionarle era la parte que las mentes comenzaron a volar.

Con las luces apagadas se podía vivir una auténtica pesadilla. Las sombras y sonidos, que salían detrás de la especie de cápsula en la que se encontraban los participantes, podrían recordar a momentos de temor.

La niñez se rememoró en los presentes jugando al escondite. Los actores se mezclaban con los participantes para ocultarse debajo de sus sábanas y así no ser una víctima fácil de encontrar.

El amor y la mezcla de cuerpos se fundían en uno sólo entre los actores y el atrevido público. Los intérpretes, encima de los participantes, comenzaron a realizar acaricias.

La creación de una nueva vida también se hizo presente en esta obra a través de un parto. Las respiraciones comenzaron a hacerse cada vez más fuertes y más fuertes. En ese momento a algunos de los participantes se les escapó una carcajada por la situación vivida.

Durante la actuación, se podía sentir en la sala un olor que evocaba a un típico hospital.

La vejez también apareció a través de una dentadura en un vaso de agua y los ciclos de la vida acabaron con la enfermedad y la muerte.

La obra quería repasar todos los momentos que las personas sufren o disfrutan a lo largo de sus vidas. Para finalizar la representación se quiso hacer un recorrido por todas las vivencias que se habían celebrado en La cama.

Tras acabar, los asistentes hicieron un corro para disfrutar de leche con galletas. Allí había unas hojas de papel para escribir los sentimientos de cada uno o dejar las impresiones que le parecieran.

La representación se podrá disfrutar en la Sala B del Auditorio Municipal hasta hoy. Son dos sesiones, a las 20:00 y a las 22:00 horas. Un encuentro con los sentidos para mostrar la auténtica esencia de la vida que se pasa en La cama.

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