La actual edición de Gran Hermano VIP está llegando a su ecuador. A los que somos fans del programa desde el principio, a los que recordamos como si fuera ayer la victoria de Ismael Beiro y echamos de menos a Mercedes Milá, siempre hay algo que nos indigna mucho. Son los llamados muebles de la casa, es decir, los participantes que se limitan a comer y dormir. Esta vez hay que añadir algo más, y es que algunos de los concursantes en los que había puestas expectativas muy altas, están decepcionando por sus continuas quejas, por salir del paso sin hacer ruido, por decir continuamente que no están bien dentro de la casa. Entre ellos se encuentran Alba Carrillo y Mila Ximénez. Las dos ya habían participado en otro reality,Supervivientes, y su actitud fue muy diferente. Ahora sobran completamente de la casa. Por no hablar de Antonio David Flores. Se anunció como el fichaje estrella de la edición y está pasando sin pena ni gloria. Su hija, desde plató, está dando mejores momentos que él desde Guadalix. ¿Y Gianmarco? ¿Quién es ese?.

Menos mal que hay algunos que hacen que el entretenimiento esté servido. Porque no lo olvidemos, el reality es un espacio que sirve para entretener y quienes están dentro de la casa están trabajando para ello durante las veinticuatro horas del día. Y para eso les pagan. Pueden tener algún día malo o con desgana en el que estén algo más ausentes, pero no debería ser la tónica habitual. Entre los que merecen estar más semanas, caigan mejor o peor, están el maestro Joao o Estela Grande. Pese al conflicto de su relación con Kiko Jiménez, la mujer de Diego Matamoros ha sabido continuar su concurso sacando su lado más divertido. Pero sin duda hay alguien que se está tomando Gran Hermano como se lo deberían tomar todos los concursantes. Se trata de Adara Molinero. Es cierto que ella ya tiene la experiencia de haber participado en el de anónimos, pero podría tener la misma mala actitud que otros. Y en su caso es todo lo contrario. Se implica en las galas y los debates. Cuando ve los vídeos no deja de decir a sus compañeros a la cara lo que piensa. En las fiestas es la última en acostarse porque es consciente de que hay personas conectadas al canal a esas horas que esperan mucho de los concursantes. Y continuamente se ríe y hace el concurso de la forma más natural posible.

Esperemos que no pase como en la edición de anónimos en la que participó. Era una de las grandes favoritas y de forma inesperada, en una nominación a priori fácil, fue expulsada. Esta vez no cabe duda de que Adara debe ganar. Porque ella es la esencia de Gran Hermano.

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