Si hay un municipio en la provincia que ha vivido una legislatura convulsa, ese ha sido Albox. Pocas localidades podrán presumir de haber sido gobernadas por un grupo político unipersonal. Su alcalde durante dos años y poco era el único concejal de su partido.

Volvamos a 2015. En la noche electoral celebraban los resultados unos socialistas con 9 concejales. Gobernaremos con tranquilidad se dirían. Luego estaba el PP con 7 y Cilus con 1. ¿El qué? Cilus, Ciudadanos Libres y Unidos. Imagino al candidato diciendo en los días previos a aquellas elecciones: algunas encuestas nos sitúan en la alcaldía. Hubiese acertado.

El elegido alcalde socialista que sucedía a un alcalde socialista que había tenido algún problemilla judicial, tuvo a su vez algún problemilla judicial. Total, lo inhabilitaron dos años.

Pero, como entretanto los concejales socialistas habían formado otro grupo eligieron una alcaldesa que duró nada y menos porque la Justicia la declaró no adscrita. Entonces en un pacto famoso por el mantel de hule de la foto del acuerdo, el concejal de Cilus se hizo alcalde. Después se enemistó con los socialistas, les cesó y gobernó en solitario, para ahorrarse discusiones.

Ahora, vuelve a presentarse Rogelio Mena por los socialistas (el que ganó en 2015 y luego inhabilitaron por poco transparente) El resultado será, para él, como un referéndum, ¿Le quiere Albox? Ojala que, sea lo que sea, el municipio encuentre la calma política y sus gestores se centren, esta vez sí, en la gestión.

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