Análisis

manuel campo vidal

Ayuntamientos como refugio de unidad

Con una reclamación popular de unidad a los dirigentes políticos, a todas luces desatendida, los ayuntamientos aparecen en el horizonte como la única institución donde se han aparcado las disputas. Habrá excepciones y sobrevive el debate, pero reconfortan episodios como el del pleno del Ayuntamiento de Madrid, el viernes, cuando Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, emocionó al alcalde del PP, Martinez Almeida. "Tenemos confianza plena en sus buenas intenciones para sacar de esta crisis a Madrid, así que cuenten con nuestro apoyo", le dijo la número dos de Íñigo Errejón. "Es una buena noticia que este pleno municipal no se parezca al Congreso de los Diputados", concluyó Rita Maestre. Ahí queda.

Mientras eso pasaba en Madrid, y en tantas otras ciudades como Cartagena, donde se aprobó el presupuesto sólo con el voto en contra de Vox, en Barcelona desde Manuel Valls y el PP a los independentistas cerraban filas en torno a un nuevo presupuesto.

"En estos tiempos, hay algunas fronteras ideológicas que se pueden y se deben borrar", declaraba horas antes Abel Caballero, presidente de la FEMP y alcalde de Vigo, en el Foro Next Educación. Los ayuntamientos, ante una situación tan difícil, suelen aprobar mociones por unanimidad, o sólo con algún discrepante. Tres vectores tiene esa política: unidad municipal ante el desastre; contundencia al reclamar que les dejen utilizar el superávit (casi 4.000 millones ahorrados en los ayuntamientos) para ayudar a vecinos, pequeños comercios, industria local y autónomos; y beligerancia contra las comunidades autónomas. Abel Caballero, en nombre de los alcaldes de España, fue rotundo: "Los ayuntamientos hacemos la política social y las comunidades autónomas se quedan los recursos".

Atentos a ese malestar creciente entre instituciones por lo que pueda pasar tras esta crisis. Aunque el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano Garcia-Page, recomendara a Pedro Sánchez pactar con las autonomías el Plan de Reconstrucción, dada la resistencia de los partidos de oposición, parece que los ayuntamientos van a ser aliados más seguros. El presidente activa esa posible alianza y hoy se reúne con Abel Caballero, alcalde de Vigo votado por el 68% de sus ciudadanos, y presidente de la FEMP.

Si existen autonomías incómodas con el Estado, los ayuntamientos discrepan a diario con sus comunidades. "Reset", titula su magnífico artículo en La Vanguardia el profesor Manuel Castells, ministro de Universidades. Una palabra de cinco letras, de origen informático, para decir que todo debe recolocarse en nuestra vida. Léanlo. Ese reajuste en la Administración, que exigiría la modificación de leyes y el reparto de funciones, solo podría afrontarse tras un shock tremendo, acaso como el que estamos viviendo.

Entretanto, bienvenida sea la unidad municipal forzada por la crisis. Que contagie al Congreso y se alcancen esos "Pactos de la Moncloa 2" que se pretenden. Miremos a Portugal que lleva la crisis mucho mejor. Emocionante discurso del líder de la oposición Rui Rio, ofreciendo "colaboración de Estado" al primer ministro, el socialista Antonio Costas. Admirable. Un detalle nada nimio: Costas fue alcalde de Lisboa y Rui Rio, alcalde de Oporto. La cercanía a los vecinos y la cruda realidad parece que es buena escuela de unidad para las crisis. Que aprendan.

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