Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

La lotería no toca dos veces

Sigo creyendo que el actual proyecto está agotado y pese la gran labor de Fran Fernández, nadie es imprescindibleEsta entidad necesita otra estructura que siga construyéndolaLa figura administrativa del presidente ya da signos de estar en la zona roja de la reserva

Parafraseando a Francisco Umbral, vine a hablar del anuncio de la marcha de Fran Fernández, no del intrascendente partido. Pero ya que Fernando volvió a demostrar estar sobradamente preparado, sorprende que el guardameta continúe apostando por echar raíces en Almería. Una nebulosa en forma de indignación parecía sobrevolar el Estadio Mediterráneo con la presencia de Alfonso García y de FF; se esperaba un plebiscito en todo regla, pero al final el ambiente fue tan plácido como una mañana soleada de invierno en cualquier cala almeriense. Incluso, ciertos comentarios de aficionados argumentados a vuelapluma, entendían que este Almería no es aquel que aspiraba a "todo" con Monchi de director técnico, previo sueño del presidente. Todo ha cambiado, pero diría que para bien, porque nadie podía imaginar a finales de los 90 en una entidad consolidada en LFP sin desmanes económicos. Ojo, que nadie lo olvide, está escrito, porque las palabras se las lleva el viento, hace un año exactamente, en una Acta sí y en otra también, un servidor abogaba por el final de ciclo de Alfonso García. Que le tengamos que besar los pies al presidente por todo lo vivido en estos casi 20 años mágicos, no significa que tenga patente de corso para continuar, sino que su figura administrativa ya da signos de estar en la zona roja de la reserva. Sin embargo, le tocó la lotería futbolística al presidente y a todo su entramado familiar y profesional. Una temporada como la que se ha vivido era inimaginable en los sueños más húmedos, deportivamente hablando, del mandatario, con un entrenador que no quería y unos jugadores que encontraron en el club rojiblanco su tabla de salvación, ante la posibilidad de acabar, algunos de ellos, mordiendo el polvo en Tercera. Todo salió redondo y encima el técnico era almeriense y de la casa, y por qué no decirlo, gracias a su labor el mismo FF se ha asegurado su futuro y el de varios de sus futuros expupilos. Ante este panorama, yo no voy a ser quien defienda un año después a brazo partido la continuidad del proyecto de Alfonso García, pero es comprensible que para no ser el próximo Reus, la entidad no se embarque en renovaciones astronómicas. Otra cuestión es la del entrenador. Según el presidente, FF no ha renovado por cuestiones personales, que no puede desvelar. Sea como fuere este club, ya un clásico en la LFP, y el mandatario, no merecen una reacción tan desmedida por parte de numerosos aficionados que claman por la inmediata partida del presidente de tierras almerienses. Sigo creyendo que el actual proyecto está agotado y pese a la gran labor de FF, nadie es imprescindible. Todos los profesionales deportivos han triunfado en esta campaña y sus bolsillos lo notarán. FF será aplaudido, pitado y hasta destituido (como les ocurre a todos) en el club que entrene, por eso pido un poco de calma sabiendo que esta entidad, si quiere seguir sólida, más que un entrenador y jugadores que tengan su momento, necesita otra estructura que, sin dilapidar, siga construyendo con cabeza fría bajo los firmes cimientos que se han colocado en los últimos 20 años.

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