Análisis

nico garcía

Compromiso

Pese a estar lesionado, aparcó el Instagram y el Fornite para acudir al entrenamiento

Después del cuatro día de colegio, en una de las semanas más duras del año por volver a la rutina tras el asueto estival, a un niño de once años que le ha recomendado la fisioterapeuta que no haga deporte por una semana suele tirarle quedarse descansando en la casa. Ya saben. Un poco de Instagram por aquí, un poco -o un mucho- de Fortnite por acá y una ración de whatsapp por allá para hablar con los amigos y tontear con la amiga que le hace tilín. Sin embargo, allí estaba. Puntualidad suiza. De los primeros en llegar al campo. No puede entrenar, no puede hacer lo que más le gusta, pero allí está él. Compromiso. O eso cree este periodista. Alguno podría catalogarlo de perder la tarde. Estar ahí en la banda, mirando cómo entrenan otros niños, poniendo conos y recogiendo balones. El entrenador no lo considera así, sino una de las muestras más grandes de compromiso que puede da un jugador. De compañerismo. Porque está en la banda animando a sus compañeros. Porque está colocando material para que sus compañeros puedan entrenar en mejores condiciones. Porque está ahí con el grupo. No piensa en el 'yo', sino en el 'nosotros'. Es un grupo y él forma parte del mismo, aunque no esté en las condiciones óptimas. Pasan dos días y llega el sábado. Día ideal para quedarse un rato más en la cama. Sin embargo, su equipo tiene un amistoso y él está ahí. Llega de los primeros, antes de la hora fijada. Un sábado, a las 8:25 horas, con previsión de lluvia y ahí está mostrando su compromiso. Realmente no lo hace para mostrar nada, sino porque le sale. Sin intención, pero le enseña a sus compañeros que el colectivo está por delante del individuo, que en una camada todos son importantes y que con apenas once años se pueden dar auténticas lecciones. Incluso a adultos. Gracias.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios