Txabi Ferrero

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Cosas y casos de uruguayos

El imaginado es uno de los tres partidos que juega todo entrenador. Se trata del que todo técnico sueña, donde el equipo vence y convence y el nivel del rendimiento individual y colectivo rozan la perfección. El que se juega y compite también forma parte de este ciclo. Y el tercero es el partido real, el que se analiza después de jugado. Ocurre que el encuentro que se visualiza tiene poco o nada que ver con el disputado, y se desgrana con un análisis muy diferente al que se hubiera deseado. Con los fichajes, ocurre algo parecido. Están los que hace el club, aquellos otros que acepta la hinchada y los que niega la realidad por la fuerza de los hechos. La UDA, con la anterior propiedad y la actual, cerró el curso pasado 26 operaciones, una decena bajo tarifa de préstamo al club de origen. Los 8,850.000 euros pagados por Arvin Appiah sitúan la operación de compra más alta en la historia de Segunda. Los 24 millones del fichaje de Darwin Núñez por el Benfica representan el importe jamás pagado en la historia del fútbol portugués. El uruguayo, de 21 años, ha triplicado su valor en algo más de 10 meses con una tarjeta de 16 goles y una condiciones de gran delantero. El valor más alto de Cristhian Stuani, 13 años mayor, llegó a ser de 10 millones de euros en octubre de 2018. En mayo pasado, fue de 4 millones y el actual, supera por poco esta cifra, pese a los 31 goles que le hicieron Pichichi. El Girona acarició el ascenso con sus goles, mientras el Almería rumiaba su eliminación. La UDA ha armado un plantel apañado con el traspaso del charrúa y los entrenados por Francisco no han podido retener a Borja García y Pablo Maffeo. Y acaso, habrán de malvender a su estrella, con contrato hasta 2023, pero con ninguna gana de cumplirlo, pero sí de cerrar el último fichaje de su carrera.

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