Fuerte con los débiles y muy débil con los más fuertes. Este es el rastro que ha dejado el rendimiento de la UDAlmería antes de esta recta final del campeonato. Así, ha logrado el 74,66% de los puntos en sus cruces contra los equipos entre el séptimo y colista. De 75 posibles, su botín ha sido de 56 puntos con 17 triunfos, 5 empates y 3 derrotas (Las Palmas, Logroñés y Ponferradina). Los de Gomes han sido y han hecho felices a la afición y han demostrad jerarquía y poderío contra el pueblo llano de la categoría. Pero sus prestaciones contra los de la zona noble son diametralmente diferentes. Su balance es demoledor y muy locuaz. De 24 posibles ha sumado sólo cuatro puntos con una victoria (Rayo) y un empate (Leganés) frente a seis derrotas (Mallorca -2-, Espanyol, Leganés, Sporting y Rayo). Los rojiblancos no han dado la talla contra los mejores. Con 2 goles anotados y 9 recibidos en estos ocho partidos, su arsenal ha sido pobre. Los números son elocuentes y hablan por sí mismos. Es cierto, para ser honestos, que estos datos hay que contextualizarlos y recordar que han ocurrido 'cosas' en algunos de estos encuentros. No les han dejado y no han sabido ni podido, según sean de apasionados los análisis. La UDA tiene plantilla, pero le han ocurrido 'cosas' que no le pasan a otros. Le han penalizado detalles impropios. No es de recibo conceder el último contragolpe del partido. Tampoco lo es querer jugar un balón y no romperlo cuando el partido agoniza. Por no hablar de la incapacidad para ganar a un equipo con 8 jugadores. Que el portero se resbale en el último saque de portería o que el pichichi haya lanzado cinco balones contra los postes, algunos imperdonables, es de vídeos de Segunda. Uno aquí y otro allá, en la propia o la del rival, la tercera plaza es el resultado de estas 'cosas y casos'.

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