El Íbex 35 cerró ayer con un ascenso del 0,54%, lo que llevó al selectivo a situarse en los 7.108,6 enteros, tras el parón de la Semana Santa y la reanudación de las actividades no esenciales en España.

El principal índice español se afincó en la cota psicológica de los 7.100 puntos, después de cerrar su última jornada, la de Jueves Santo, con un avance del 1,71% en un contexto en el que la propagación del coronavirus puede haber iniciado el camino de la estabilización en Europa.

Los inversores han estado atentos en la jornada a las nuevas estimaciones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo ha actualizado sus estimaciones para España y las ha empeorado de forma significativa como resultado del impacto del Covid-19, de forma que ahora espera que cierre 2020 con un paro del 20,8% y una caída del producto interior bruto (PIB) del 8%.

Se trata de los peores datos macro registrados por España en muchos años. De confirmarse la contracción del 8% de la economía, sería el peor dato registrado en toda la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística, que comenzó en 1970, y, probablemente, la mayor contracción experimentada en el país desde la Guerra Civil.

El resto de principales bolsas europeas terminaron la sesión con retrocesos del 0,87% en el caso del Ftse 100 de Londres y del 0,36% en el Mib de Milán. Al contrario, el Cac 40 de París registró un avance del 0,38% y el Dax de Fráncfort del 1,25%.

El precio del barril Brent se situó en los 29,9 dólares, mientras que el West Texas Intermediate cotizó en torno a los 21 dólares.

La prima de riesgo española se disparó al entorno de los 122 puntos básicos.

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