En días de información tan 'real' como la de este largo fin de semana de luto británico vuelve a ponerse de relieve que los espacios en directo son los que dan sentido y agilidad a las cadenas generalistas que quieren estar cerca de la actualidad, como hilo de fidelidad con su audiencia.

La Sexta anunció el fallecimiento en Balmoral de forma instantánea (para eso estábamos avisados con la "preocupación" de los médicos). También ocurrió en Cuatro y, a su manera, en Telecinco. Las tres tienen vespertinos en vivo. A Antena 3 le basta con jugar su propio partido teniendo siempre a su segunda cadena en alerta. TVE dio el anuncio a través del 24 Horas mientras La 1 continuó con unos minutos más con El cazador. Las parrillas de tarde de La 1 y de La 2 no pueden ser enlatadas. Tal vez la primera cadena debió tener más cintura en un día así cuando su misión, todavía, es ser líder en el mando. Más que por cuotas, por ser debida referencia. El público zapea al 24 Horas pero donde quiere ver lo que está pasando preferiría, por hábito, La 1.

Y de ahí que sea valorable que se haya adelantado el estreno del magacín con Lourdes Maldonado y Marc Calderón, Hablando claro. Su inicio estaba previsto para este lunes y se ha adelantado el debut con sendos especiales sobre Isabel II, sábado y domingo. Dos rostros ajenos a TVE que refrescan la pantalla de la cadena pública, a la caza de espectadores perdidos. Una recuperación de seguidores que es obligación. El canal más veterano no puede permitirse estas cifras de aceptación sobre el 8%. Y no por aritmética sino por presencia y utilidad en la sociedad española.

Competir con un espacio de actualidad es la forma más meridiana de atraer atención en una cadena pública. Además permite flexibilidad y mostrar músculo, como es el caso, en un asunto de interés ( y que requiere formalidad, sensibilidad y didáctica). Hablando claro debería de funcionar en el horario de mediodía donde muchos otros han fallado: cocineros, concursos o el tóxico de Cintora...