Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

Disfrazado de director deportivo

Llega una de las etapas más apasionantes del año futbolístico. Esas ilusiones que se entremezclan al amparo del mercado previo al inicio de la temporada. Y no tan previo, pues varios trasvases de jugadores se ejecutan con las primeras jornadas disputadas. Desde la llegada de Turki nadie puede negar que la pasión se multiplica durante estas semanas, en espera de esos fichajes que resultaban imposibles de firmar en el epílogo del mandato de Alfonso García. Luego, ciertas expectativas se quedan a medio camino por no saber conjugar los tres pilares básicos del éxito, calidad, conjunto y preparación física. Ojalá que el objetivo que se anunció por parte de Mohamed El Assy, ascender en tres años, se cumpla en este tercer intento de Turki por alcanzar la máxima categoría. Para ello, vamos a analizar lo aprovechable de la plantilla que en principio debería permanecer y las carencias que se necesitarían cubrir. La portería está bien protegida. Makaridze comenzó dubitativo, para luego asentarse, y Fernando siempre fue un seguro de vida. Si en el lateral derecho se pretende dar un salto de calidad, no veo un progreso notable con la posible sustitución de Nieto por Balliu, sobre todo si permanece Buñuel. En el centro de la zaga estará una de las claves del plantel. El haber dispuesto de una promesa de 20 años como Cuenca, con el objetivo de comandar la defensa, partió de un error cuando menos grosero. El puesto de central es, después del de guardameta, el más longevo sobre el terreno de juego. La de vueltas que habrán dado los gobiernos de España cuando Cuenca, con 35 años, sea un gran y experimentado defensa. Un chico promesa de la edad de Cuenca, acompañado de robustos y expertos zagueros, le irá mucho mejor al equipo que pretende armar desde atrás Rubi. Me da que alguno de los actuales centrales sobra (Chumi o incluso Maras) de cara a incorporar al menos un par de experimentadas bestias para crear un muro infranqueable, el que necesita todo conjunto de Segunda. Y de paso nos ahorraremos los lógicos aspavientos de Makaridze. En el lateral izquierdo, similar problema al del derecho. Akieme puede permanecer con un suplente, o incluso titular, que amenace más su reinado. El centro del campo es otra zona a mejorar. Si con acierto se retienen a Samú y a Morlanes, sus acompañantes de posición (uno que suena es Rubén Pérez) deben de, no solo disputarles la titularidad, sino de optar en firme a dicha titularidad. Petrovic y De la Hoz están para otras batallas. La aportación de un polivalente Robertone siempre puede ser interesante. En la delantera los problemas fueron menores. Casi siempre se crearon ocasiones y la cifra de tantos a favor fue más que aceptable, pero se vislumbran movimientos. Sadiq va a ser vendido, incluso puede que alguien pique con Lazo, amén de la partida de Corpas, por lo que habrá que inventar otra línea de ataque poderosa, jugando con el montante de la venta de Sadiq. Ahí puede estar otra de las claves. Para Ramazani, sin embargo, debe ser el año de la consagración. Lo expuesto es muy bonito, pero aun con el acierto en los fichajes, si no se logra una cohesión entre líneas y no se consigue una buena preparación física que vaya creciendo durante la temporada, de poco servirá que arriben estrellas de primera línea. Menudo trabajo queda por hacer.

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