Cuando algo va bien, la tendencia puede llevarte a que ese algo incremente su valor y comience a ir muy bien. Esa corriente es la que debe enganchar Fran Fernández con su equipo para ir abriendo brecha con los equipos de la zona baja de la clasificación. Porque a pesar de las victorias consecutivas, el gran rendimiento de muchos futbolistas con proyección y la armonía que se está produciendo entre equipo y afición el objetivo sigue siendo el mismo: la permanencia. Es muy producente para la salud del club no perder la perspectiva y en la igualada segunda división cualquier punto es oro, por lo tanto el trabajo y la dinámica del Almería tiene que servir para seguir con los pies en la tierra y seguir con la humildad como bandera.

Más aún cuando el rival de hoy es el último clasificado. Francisco, el que fuese nombrado nuevo entrenador en el Córdoba por el mes de junio, lo vio venir y dio un paso al lado después de que le engañases con el proyecto por activa y por pasiva. José Ramón Sandoval se agarro al clavo ardiente pero no han podido conseguir ninguna victoria en estos siete partidos disputados. Sin sus grandes estandartes que le ayudaron a conseguir el milagro de la salvación la temporada pasada, Reyes y Sergi Guardiola, el conjunto verdiblanco no encuentra la fórmula para convertirse en un equipo sólido y solvente ni en defensa ni en ataque. Con una plantilla muy debilitada y con numerosos cambios, Sandoval tiene al joven Carlos Abad bajo palos siendo el equipo que más goles ha encajado con un total de dieciocho. Lo que deja en evidencia el pobre bagaje en la línea defensiva donde solo Aythami Artiles tiene el sello de futbolista de garantías.

Para intentar ser más defensivo, los cordobeses apuestan por dos mediocentros de robo y con serias dificultades a la hora de crear. Lo que le garantiza mucho trabajo pero poca posesión invitando a los rivales a dominar todos los partidos. Bambock y Toure se reparten el mediocentro. Jaime Romero, Alejandro Alfaro o Miguel de las Cuevas se encuadran en la zona de mediapuntas capaces de agotar su calidad, pero tienen que venir a posiciones muy alejadas del área contraria para poder conectar con el balón. Piovaccari en punta como referencia y el balón largo como plan A.

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