Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

Emanuel, cocinero antes que fraile

Los grandes proyectos se construyen desde la seguridad, desde la retaguardia. Es una máxima en el llamado deporte rey, pero en todos sentidos, porque Pedro Emanuel lo entendió así desde el comienzo, no en vano su demarcación como jugador, de zaguero, le está sirviendo de gran experiencia en los albores de su periplo rojiblanco, por cómo contagia sus claros conceptos a los suyos. El entrenador luso no solo comenzó a erigir un gran conjunto contratando a los jugadores que suelen dar más solidez defensiva, sino que se apoyó en el bloque de la pasada campaña, con titulares y suplentes, pero bloque al fin y al cabo. De hecho, no ha quedado ni un solo jugador fichado en la presente campaña por la anterior dirección deportiva. Para rematar la faena Emanuel decidió, en una inteligente decisión, continuar con la estela que le dejó trazada Fran Fernández para, si cabe, mejorarla. Y es que la seguridad defensiva de hace unos meses se ha visto inclusive superada, con la única presencia de Maras por Saveljich. Esta última mejora en el sistema defensivo, sobre todo fuera de casa, fue quizá la que le faltó a aquel equipo de Fran, semilla del actual. La UDA emula a un boxeador inexpugnable, que cuando desespera al contrario lo remacha con golpes clave. Da además la impresión de que el rival es peor de lo que realmente es, ya que los que han practicado deporte conocen la dificultad de competir contra un adversario rudo y disciplinado. Incluso, ante cualquier contratiempo se tendrían suficientes alternativas, si fueran necesarias. Así es, grosso modo, este Almería que asusta por lo que muestra y por lo que esconde. De momento exhibe la mejor versión de cada uno de los jugadores que forman el once inicial, incluido Maras, que más temprano que tarde formará de nuevo parte de la selección serbia. Así de claro. Es un valladar insuperable, capaz de ir a rematar un córner, y retornar a la zaga a la velocidad de Usain Bolt. Owona no está perdiendo la oportunidad de calcar la figura de su compañero para firmar, en un futuro cercano, el contrato de su vida. Lo de Gaspar ya pasa de castaño a oscuro. Tal es el afán de Emanuel de contar con su concurso permanente que, conforme se suelen ir haciendo los cambios, el técnico luso lo suele cambiar de banda o de posición para acabar ante el Huesca como lateral izquierdo. No sé hasta cuándo le durará la gasolina al menudo extremo, pero hace dos campañas con su trabajo se ganó el respeto al ser el único jugador que le puso empeño a la conquista de la permanencia. Cuando me refería a que este Almería asusta, lo decía por Petrovic, dominador de su zona, no exento de clase, o por Vada, pues su gol, ese disparo, la forma de armar la pierna, es de los que tenemos grabados en nuestras mentes a la hora de ver los resúmenes de cualquier partido de Champions. Y no exagero. El de Corpas fue otro golazo, pero si estos nuevos fichajes entran en la dinámica de grupo de esta base tan trabajadora como humilde, la UDA no tendrá techo en la presente campaña. Y esperan Darwin, Coric...

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