Análisis

MIGUEL CAZORLA

Portavoz Ciudadanos en Ayuntamiento de Almería

Fobia a darle voz a los almerienses

La fobia del PP de Almería y del alcalde a la participación ciudadana es directamente proporcional a su abulia a la hora de hacer frente a los principales problemas de nuestra ciudad

Cada vez somos más los que comprobamos a diario cómo la fobia del PP de Almería y del alcalde a la participación ciudadana es directamente proporcional a su abulia a la hora de hacer frente a los principales problemas de nuestra ciudad. Problemas ante, muchos de los cuales, esos mismos dirigentes esconden la cabeza bajo tierra como si fueran avestruces en vez de gestores políticos.

Esa aversión a fomentar la implicación de los almerienses en el día a día de su Ayuntamiento se manifiesta en múltiples cuestiones, como la aprobación de un reglamento de participación ciudadana a espaldas del comité vecinal, o con el rechazo de hasta 117 alegaciones, así como negando una consulta popular para el proyecto de la Plaza Vieja, o como la elaboración de un plan contra el ruido sin contar con la Mesa del ruido, o como no convocar en tiempo y forma los debates sobre el Estado de la Ciudad, o como tomarse a pitorreo los mal llamados presupuestos participativos, o con no cumplir con el proyecto votado por los vecinos de Pescadería para su puente peatonal, o con el absoluto ninguneo al Consejo de Patrimonio, o con el rechazo de más de mil alegaciones de asociaciones vecinales, hosteleros, agricultores o empresarios contra el 'tarifazo' del agua, o con la nefasta gestión de los perfiles en redes sociales tanto del Ayuntamiento como del alcalde, o incluso como quitarle la llave de su sede a una asociación vecinal (San Gabriel de Regiones) tras más de 40 años utilizándola.

Sin ánimo de ser exhaustivo, demos alguna que otra pincelada sobre algunos de estos ejemplos de fobia a la participación ciudadana. En cuanto al nuevo reglamento de participación, cabe señalar que fue Ciudadanos quien, en 2016 y mediante una moción aprobada por unanimidad, reclamó la reforma del reglamento, además de una mayor atención al fomento de la participación, así como otras cuestiones tales como la creación del Defensor del Ciudadano, algo que sigue sin hacerse aún. Con respecto a la Plaza Vieja, es notoria la obcecación del equipo de Gobierno para quitarse de en medio los ficus centenarios -algo que, de momento, ha paralizado un juez- y el monumento a los mártires de la Libertad, es decir, el principal homenaje al liberalismo de la ciudad de Almería.

Sobre el plan contra el ruido, recordar que toda la oposición ya pidió en su día su retirada del orden del día, tras lo cual el PP volvió a llevarlo al Pleno por sorpresa, sin consenso ni implicación de la Mesa del Ruido, creada precisamente para ayudar a resolver este problema del casco histórico. También se creó hace cuatro años, aunque no se haya convocado nunca, un Consejo de Patrimonio para tratar de mejorar el lamentable estado de conservación de muchos de los edificios con valor histórico de la ciudad: no interesa, al parecer, que la ciudadanía se implique en ello. Sobre los debates del Estado de la ciudad, según el reglamento vigente, deberían convocarse cada dos años, algo que no se ha cumplido nunca, y sobre los perfiles oficiales en redes sociales tanto del alcalde como del Ayuntamiento, no es ningún secreto que más de una vez se ha tratado de forma grosera y bloqueado a aquellos que hacen comentarios críticos con su gestión.

Aunque, quizá, uno de los mejores ejemplos de esa fobia a la participación sea el no atender las más de mil alegaciones ante el 'tarifazo' del agua, ni a todos los partidos del Plenario -salvo, claro, el PP-que reclamamos una mejor gestión para no perjudicar al acuífero del Bajo Andarax, y para paliar considerablemente, mediante subvenciones de la Unión Europea, una subida del 20% en el recibo. Cuando uno camina en una dirección, y el resto del mundo lo hace en dirección contraria, es muy probable que ese uno esté equivocado, que es lo que le ocurre a este equipo de Gobierno, capaz de poner de acuerdo a todo el Pleno, desde Podemos hasta Vox pasando por PSOE y Ciudadanos. Toda una proeza a la que hay que sumar a las cuatro federaciones de asociaciones de vecinos, a los hosteleros representados por Ashal, y a los agricultores y regantes de la Vega, entre otros muchos, que se han manifestado contra este tarifazo, sumando más de mil alegaciones contra los planes del PP almeriense, que se queda solo con el apoyo de un concejal no adscrito. ¿De verdad alguien con dos dedos de frente puede sostener que todos estos agentes políticos, económicos y sociales estamos equivocados, y que sólo ellos llevan la razón? Ojalá acaben rectificando y entrando en razón por el bien de los almerienses.

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