Los audios filtrados que corresponden al presidente del Real Madrid Florentino Pérez, -que evidentemente se han grabado sin su consentimiento y en el marco de conversaciones que forman parte del ámbito privado-, nos dejan algunas revelaciones y en determinados casos, confirman lo que se sospechaba. Primero que el mundo del fútbol profesional no es un lugar donde cualquiera pueda acampar por lo desagradable de su ambiente. Sirvan estas grabaciones como ejemplo de hasta dónde es alguien capaz de llegar para lograr sus objetivos. Por otra parte, la versión mundana del magnate de la construcción no habla muy bien de una persona a la que se le supone cierto nivel cultural y saber estar, y no un lenguaje soez, vulgar, como el que utilizan los amigos acodados en la barra de un bar. Por otro lado, el presidente blanco describe el estilo y actitud caprichosa de jugadores de esos que llamamos estrellas. No revela nada novedoso y no es algo que vengamos a descubrir ahora, ya que en general estos jóvenes adinerados actúan con cierto exhibicionismo, de lo que se deduce su comportamiento en el ámbito laboral. Quizás lo que peor queda son las maneras que utiliza Florentino, el hombre, el ser humano, cuando retrata a varios de sus empleados, algunos de los cuales aún prestan servicios al club. Casillas, Del Bosque, Raúl, Figo, Ronaldo, glorias recientes de la casa blanca, aparentemente no gozan de la consideración del mandamás. Ni hablar de jugadores como Coentrao u Özil, a quienes describe casi como personas con deficiencias de tipo intelectual. Igual el Tito Floren desprende cierto tufillo a naftalina cuando califica a la gente de subnormal, zoquete, cortos o tontos. Hijo de puta es un calificativo de más actualidad, con perdón de todas las madres y trabajadoras del sexo. Así las cosas ahora falta conocer hasta cuándo llegará esta entrega por episodios del lenguaraz presidente que amenaza con querellarse con medios y periodistas. ¿Habrá hablado sobre Sergio Ramos?, ¿continuará como presidente?

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