Primera semana de confinamiento y lucha contra el enemigo. Nada de deporte ni ocio al aire libre. Centrados en el partido más importante de nuestra vida, al menos como sociedad, a nivel nacional y mundial. Un rival común, el covid-19, ese virus que nos tiene en jaque y por desgracia cada vez más en mate. Una pandemia que nos afecta a todos, infectados o no.

Al final, cuando todo acabe, lo de menos habrá sido pasar findes como este sin fútbol, sin deporte, sin salir de casa. Muchos no habremos podido trabajar, la mayoría no habrá visto a gran parte de sus allegados. Pero, en este caso y ahora más que nunca, la salud es lo primero. Para todo lo demás, la generosidad de algunos imbéciles que quieren saltarse las normas y son castigados con multas que deberán sumar y ayudar económicamente a quienes lo necesiten.

Luego están los generosos de verdad, los que ayudan voluntariamente volviendo a ejercer la medicina cuando ya se habían jubilado, cosiendo a destajo mascarillas para surtir a hospitales, haciendo la compra de vecinos mayores y mil casos más. También está el de algún que otro empresario, que decide dar directrices para focalizar su actividad en combatir el coronavirus. Todos pensamos en Amancio Ortega pero hay más: otras empresas textiles, destilerías, etc.

Y por último, pero más cercano en el tiempo y la distancia, está el jeque. Nuestro Turki lo ha vuelto a hacer: primero nos alegró el sábado con el anuncio de su medio kilazo de donación para material sanitario. Pero es que nos ha acabado alegrando también el domingo, ampliando donativos y pensando en los más necesitados, en los propios sanitarios, además de parados y voluntarios. Otros 700.000 euros hasta sumar 1.200.000 que, a través del club y la Fundación UDA, a buen seguro ayudarán a combatir la crisis en Almería. Una vez más, gracias. Venceremos.