Análisis

ramón gómez vivancos-garcía

Guti, otra ave de paso que vuela

Cada vez albergo menos dudas. Si el Almería no asciende en la presente campaña no será porque otros rivales son superiores. Si después de analizar lo acontecido en Huesca, una cuadrilla como la actual UDA hubiese terminado por empatar el encuentro, tras el penalti a Costas no pitado ni revisado, sería para hacérselo mirar por parte del contrario. Digamos que el de Huesca fue el segundo capítulo de una novela de suspense después de lo del Racing. Desidia total de los rojiblancos, como si con esa actitud intentaran provocar algo. Se puede perder, pero no se entiende la falta de intensidad mostrada en ambos choques. Desde la absurda rajada de JM Gutiérrez en Soria algo ha cambiado. Son ya dos partidos en donde en la primera mitad se le concede toda la ventaja al adversario, casi me atrevería a decir que ¿adrede? Difícil de evaluar, pero la simple duda emborrona la cuestión. Luego, llegan las prisas, las acciones aisladas, en donde se muestra la calidad individual de unos jugadores atenazados por alguna razón poderosa. Si el Huesca casi se deja empatar en su estadio en un partido franco, con todo a favor, frente a un equipo que hizo dejación de sus funciones y que dejó jugar a placer, habrá que pensar en reconstruir anímicamente a una plantilla capaz de generar mucho más de lo ofrecido y que, lo más importante, dejó de creer en su entrenador. Uno observa cada semana a los que aspiran al ascenso junto a la UDA y piensa que con orden y concierto se puede extraer mucho más jugo un plantel que, pese a su juventud, tiene más argumentos que sus enemigos. Es evidente que la rabia contenida por haber podido vencer en Soria tras un roce de Costas a Higinio dolió, pero todavía más cuando en una acción muy similar en El Alcoraz el mismo protagonista rojiblanco, en un rol contrario, provoca otra pena máxima que no solo no se pita, sino que ni siquiera se revisa. Algunos incautos hablarán de los que denuncian la manida conspiración arbitral, pero el hecho de no revisar una acción al menos dudosa, cuando ahora se examina hasta la respiración de los jugadores, le ha restado puntos en plural a la UDA en estas últimas jornadas. Eso sí, a una UDA caprichosa que ni juega ni presiona desde la salida de tono de JM Gutiérrez en Soria. Puede que ese gesto complique el ascenso del Almería y haya desdibujado el comienzo de la carrera como técnico del otrora Guti, pero lo que concierne por estos lares es el futuro de una entidad que aspira a ser bastante más grande de lo que nunca fue, y esa oportunidad no se puede ni se debe dejar escapar. Si con estos mimbres se puede confeccionar el cesto del ascenso (estoy convencido de que sí), habrá que dar un giro de 180 grados para cortar de raíz el ambiente enrarecido que se palpa, más por la escasa actitud que por falta de aptitud. Si ese giro pasa por la destitución del todavía técnico rojiblanco en el momento de redactar estas líneas, hágase. Entrenadores y jugadores son aves de paso que cobran por un trabajo temporal, pero lo que al final les queda a los lugareños es su club y en este caso el nombre de Almería.

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