Hoy se pone el punto y final a casi dos semanas sin fútbol de primera, dos semanas tras la tercera derrota consecutiva del equipo de Rubi, de nuevo ante un rival directo y que dejó la clara preocupación del entrenador catalán, que no se quita de la cabeza lo de la marcha de Sadiq, ya que como él mismo dijo no solo no tiene en la plantilla ningún jugador capaz de hacer quince goles -menudo mensaje para Joao- sino que no son capaces de hacerle un gol al arcoíris, en clara alusión a la falta de puntería de sus delanteros. Dos semanas de "dolor de cabeza", ya que de todos es sabido que lo mejor que le puede pasar a un equipo cuando pierde es volver a jugar cuanto antes. Este parón de la competición por los compromisos de las selecciones nacionales no le ha venido bien al equipo, no solo porque son muchos días entre partido y partido, pensando en lo que ha pasado, sino que Rubi tampoco ha podido preparar bien el duelo en Bilbao, ya que entre jugadores con sus selecciones y lesionados ha estado con lo justo y sin poder trabajar como a él le hubiera gustado con El Bilal, para que fuera adaptándose a los mecanismos del equipo. Varios jugadores han comparecido en la sala de prensa lanzado un mensaje muy contrario a lo que piensa la gran mayoría de aficionados, "gritando" a los cuatro vientos que no hay nervios y que no hay por qué alarmarse. Tres derrotas consecutivas, no habiendo ganado a ninguno de los rivales directos a los que te has enfrentado y con el punto de mira "distraído". Parece claro que la realidad que se ve desde la grada es bien distinta que desde dentro del vestuario, es evidente, por los mensajes de los jugadores. Jugadores que de nuevo tienen una oportunidad de cambiar el punto de vista de la afición, hablando en el campo para ser capaces de dar la vuelta a una situación que no es nada buena, al menos en cuanto a resultados, que es de lo que se trata en este deporte.

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