Análisis

PABLO MARTínez- salanova peralta

Hacer el ridículo

Debemos haber evolucionado como sociedad, porque los desfalcos a las arcas públicas, cohechos, prevaricaciones y demás ya no nos llaman la atención. Porque ahora lo que se lleva entre los cargos públicos es sacarse títulos universitarios por la cara bonita. ¿Y qué hace el pueblo? Pues aprovechar cada nuevo caso para poner a parir al otro bando. Como si descubrir un nuevo máster fraudulento al adversario hiciera desaparecer el anterior cometido por quienes ciegamente defienden. O como si no hubiera a la vuelta de la esquina otro nuevo escándalo por el cual se van a comer sus palabras, hasta que el contrario la vuelva a liar. Y así, en bucle. Porque aquí no se salva ni uno. Y los que no ven la gravedad en los errores de los políticos de su ideología y tardan poco en soltar heces ante la misma sinvergonzonería cuando la hacen los demás deberían ponerlos a parir a todos o callarse la boca. Si no quieren hacer el ridículo, vamos.

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