Almería, 14 de noviembre de 2019. Estimado Piñeiro, si le respetan las lesiones (ya salió de una fea de rodilla), a Darwin Núñez sin duda se le atisban las hechuras de un ariete que puede marcar época. No exagero un ápice en mi afirmación, que baso en la irrupción que empieza a tener en el Almería (un penalti que abría el marcador el día que Pedro Emanuel estaba en la picota con la presión añadida que conlleva y un testarazo marcando los tiempos) y sobre todo en que un maestro (así lo llaman en Uruguay) como Óscar Washington Tabárez vea en el de Artigas al sucesor natural de Luis Suárez y Edinson Cavani en una selección que también tiene en el frente ofensivo a Cristian Stuani (Girona) o Maxi Gómez (Valencia). Posee otra cualidad casi tan importante como la calidad futbolística y es una humildad mamada desde la infancia que pone el contrapunto a la opulencia que rodea todo lo que hace Turki Al-Sheikh.

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