Análisis

jorge colipe

Igualdad

Con la malagueña Nita la 'Veleta' o la inglesa Nettie Honeyball empezó todo

En un día tan especial como es el 8 de marzo. En unos tiempos donde la apropiación de la causa feminista por parte de algunos sectores ha convertido una fecha conmemorativa en motivo de conflicto, es necesario rescatar a quienes lucharon, casi sin saberlo, poniendo los cimientos necesarios para que algún día se logre la igualdad tan deseada entre hombre y mujeres. Una de ellas, de tantas, fue Nita. Nita, la "Veleta" nació en el barrio malagueño de Capuchinos, un barrio de trabajadores, allí donde los franciscanos habían levantado la ermita de Santa Brígida. La Veleta fue registrada con el nombre de Ana Carmona Ruiz, pero Veleta era la manera de sus compañeros de explicar cómo su jugadora cambiaba de mujer a hombre, travistiéndose para enfundarse la camiseta roja y blanca del Sporting Club de Málaga, institución fundada por un cura salesiano. La historia la hemos podido conocer gracias a la contribución del periodista Jesús Hurtado. Veleta jugó hace 100 años a un deporte del que se enamoró viendo a los estibadores del puerto de Málaga que practicaban ese juego llamado football traído desde Inglaterra. Se cortó el pelo, se puso vendas en el pecho y terminó acusada de alteración del orden público por jugar al fútbol, algo que estaba prohibido a las mujeres, entre otras cosas porque la práctica deportiva decían que afectaba la salud de las féminas. Si en pleno siglo XXI, las mujeres luchan por tener un reconocimiento en el fútbol actual, es fácil imaginar lo difícil que era entonces. Pero antes otras mujeres activistas se propusieron demostrar a la sociedad que no eran "criaturas ornamentales". Marca recoge a Nettie Honeyball en el especial "El tortuoso camino de las amazonas del balón". Nettie Honeyball, tal vez un nombre ficticio, fundó el British Ladies Football Club hacia 1894. Su primer acto de visibilidad fue el de publicar un anuncio en la prensa en el que buscaba compañeras que se unieran a la causa. Con ellas empezó todo.

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