Almería, 4 de noviembre de 2021. Estimado Piñeiro, dos décadas de historia en la LFP han permitido forjar una afición con una base bastante amplia que rara vez ha bajado de los seis mil fieles en los años más oscuros. También ha ganado mucho en madurez, aunque todavía haya que aguantar a los inconformistas de siempre silbando a Sadiq igual que antes silbaban a Darwin y tantos otros. Llegar a convertir el Mediterráneo en un trasunto de Anfield o San Mamés (a esos dos añadiría el viejo Vicente Calderón, no sé cómo suena el Metropolitano) aún lo veo lejos, pero la nueva propiedad está andando esos pasos para fidelizar todavía más a los almerienses con el club representativo de la provincia independientemente del pueblo en el que uno haya nacido. La ilusión por que a la tercera vaya la vencida ya se palpa en el ambiente e incluso mi vecino acaba de abonarse con toda la familia. Bienvenidos sean los subecarros porque nadie sobra.

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