Análisis

CHRISTIAN MOYA

Ilusionarse está sobrevalorado

Sin presupuesto para fichar, la política es la de soplar la flauta y esperar a que suene

La UD Almería sigue con su proceso de reconversión. Pasó de ser un equipo puntero de la Segunda División a uno que necesita sobrevivir como sea. Sin presupuesto para fichar jugadores de garantías para la categoría su política se basa en soplar la flauta y que suene.

Es cierto que no engañan a nadie. Con todos los respetos para los futbolistas llegados a la entidad rojiblanca, no se les puede exigir lo mismo que en anteriores temporadas. El único futbolista a día de hoy que puede retorcer en el asiento al aficionado del Almería se llama Pozo, y el malagueño parece que será el próximo en salir.

Obviamente Fran Fernández apelará al grupo, a ser un bloque como equipo y a sacar puntos de debajo de las piedras. Y nadie podrá reprocharle nada ni al entrenador ni a los jugadores. Que en eso sí le doy la razón al presidente con las declaraciones que hizo reconociendo que ficha futbolistas con hambre, ¡por supuesto! Muchos no se hubiesen imaginado hace unos meses que tendrían la oportunidad de jugar al fútbol a nivel profesional.

¿A qué puede aferrarse el abonado del Almería? Sin nombres de gran calado y con un planteamiento táctico parecido a lo que vimos en las últimas jornadas de liga donde escaseaba el fútbol ofensivo, supongo que el escudo hará el resto. Ilusionarse está sobrevalorado. Para qué.

¿Harán plantillas más competitivas equipos como el Rayo Majadahonda, Extremadura o Reus? No lo sabremos hasta que empiece la competición, lo que sí tenemos claro antes de que comience a rodar el balón son los equipos con los que debemos competir y cual es el objetivo.

A partir de ahí, el grado de ilusión que cada uno le quiera poner repercutirá a la hora de la decepción. Recuerden que están avisados.

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