Análisis

josé Martínez Olmos

Información y vacunas

Las enormes expectativas de la ciudadanía obligan a medir los mensajes

Los recientes anuncios sobre los esperanzadores avances que nos aportan los ensayos clínicos de diversas iniciativas que desarrollan vacunas frente a la Covid-19, abren una expectativa que nos hace visualizar que hay luz al final del túnel.

Sigue siendo aún necesario mantener todas las cautelas para no generar falsas expectativas, ya que a día de hoy aún no hay ninguna vacuna autorizada y por tanto no tenemos ninguna realidad tangible. Pero, a pesar de eso, es imprescindible trabajar desde ahora intensamente para tener a punto la estrategia que permita llevar la vacuna (cuando esté disponible) a cada una de las personas que tengan que ser inmunizadas.

Muchos son los retos y los desafíos que la estrategia de vacunación va a suponer para nuestro sistema sanitario y para los diferentes gobiernos en Europa y en España. Uno de los más relevantes, y al que merece la pena dedicar esta columna, es el que se refiere a la necesidad de conseguir el máximo de adhesión al programa de vacunación por parte del conjunto de la ciudadanía.

Conseguir una amplia cobertura en la aplicación de la vacuna será un elemento fundamental para asegurar la victoria frente al coronavirus. Y hay que conseguir el máximo de cobertura sobre la base del convencimiento. Respetando las opiniones y posicionamientos de cada persona. Hay que convencer.

Y para convencer hay que informar desde la veracidad y desde un enfoque de pedagogía. La estrategia de información al conjunto de la ciudadanía es en este caso un asunto de capital importancia. Y esta estrategia debe tener en cuenta la complejidad del fenómeno.

Por una parte, las enormes expectativas de la ciudadanía en relación con poder disponer de una vacuna eficaz hace necesario medir bien los mensajes y actuar con absoluta transparencia y sentido de la pedagogía, porque hay dudas e incertidumbres que no deben quedar sin información ni explicación.

Por otra parte, conviene tener en cuenta que el campo de juego no es sólo el ámbito nacional o regional. Las informaciones y los debates sobre cualquiera de los aspectos vinculados a las vacunas, se refieren y se producen en un terreno de juego muy amplio, global, internacional; y es por eso que la estrategia de comunicación y de información debe ser ágil y viva. Esta estrategia debe estar abierta a considerar cualquier elemento que aparezca en el terreno de juego durante todo el tiempo que dure el partido.

Finalmente, en lo que se refiere a la información y la veracidad de la misma, debemos considerar que no es este asunto algo que compete solo a las autoridades públicas. Es también un asunto que implica e interpela a todas las empresas y a los grupos de científicos de distintas disciplinas implicados en la investigación y que están llamados a cooperar más que nunca a difundir información veraz y ayudar a la eliminación de barreras de acceso, porque nadie en el mundo debe quedar excluido del acceso a la vacuna o a las vacunas sí queremos ganar la batalla a la pandemia y hacer posible un mundo con no más desigualdades de las ya existentes. Tenemos por delante una tarea compleja y un reto apasionante.

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