E N el año 1951, aconsejado por su padre, Artero comenzaba a impartir algunas clases de Historia Natural y Agricultura en la Escuela Normal de Almería. Una labor docente que, si durante los cincuenta alternó con su trabajo en la Jefatura Agrónoma Provincial, a partir de la década de 1960 se convertía, tras aprobar, consecutivamente, las oposiciones a Profesor Agregado de Instituto, Catedrático de Escuelas de Magisterio y Catedrático numerario de Instituto, en su principal ocupación laboral.

Durante años el 'Palmeras' o el 'Células', como era cariñosamente apodado por sus alumnos, compaginó la enseñanza de las Ciencias Naturales en la Normal y en el Instituto Nicolás Salmerón. Centros almerienses desde los que, practicando la docencia con pasión y nuevos métodos pedagógicos, consiguió despertar en el alumnado el interés por las Ciencias y la enseñanza.

Como complemento a su vocación docente, desde inicios de la década de 1960 Artero comienza a redactar para la editorial Everest libros de texto para diferentes niveles educativos. Así, tras escribir los libros de Ciencias de 1º y 2º de Bachillerato del Plan 67 encuentra especial interés en esta nueva labor y prepara los textos de Ciencias Naturales para 4º, 5º, 6º, 7º y 8º de EGB, y 1º y 3º del Bachillerato del Plan 1970, una Enciclopedia en cinco tomos sobre temas de Historia Natural para alumnos de EGB y Bachillerato, y el libro de 1º de Ciencias para Formación Profesional. Manuales de los que, en la década de los noventa, se habían publicado más de dos millones de ejemplares.

Como en 1972 señalaba Artero, dejando entrever en sus palabras su compromiso -probablemente heredado de su padre- con la innovación docente y el alumnado, «me gusta la enseñanza y me resulta grato ir poniendo en limpio y letras de molde las fichas y apuntes de tantos años de profesor, para uso de quienes comparten mis métodos pedagógicos».

*Director de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino