Juego y resultado

Parece que para "jugar bien" hay que hacerlo como el Barça de Guardiola

En los últimos años mucho se habla sobre jugar bien y los merecimientos. ¿Quién no ha escuchado alguna vez en su vida aquello de el equipo "no mereció perder" o "mereció ganar"? Un mantra que se repite una y otra vez. Como si jugar de tal o cual manera asegurase el triunfo.

Un fútbol en el que las matemáticas nunca son exactas. Un balompié en el que el favorito no siempre sale vencedor. Pero en este tiempo atrás más reciente también se habla en demasía de "jugar bien". No son pocas las ocasiones en las que se ha achacado el no "jugar bien" a conjuntos que lograban sus objetivos. Una crítica que lo único que pretender es restar valor a estos. Aunque, ¿qué es jugar bien? Habrá quién diga que es tener el control del esférico, otros que se trata de tener más ocasiones que el adversario, etc. Son múltiples las variantes y los factores a tener en cuenta. A pesar de ello, en los últimos años parece que para "jugar bien" hay que hacerlo como lo hacía el Barcelona de Guardiola. Como si no hubiera otras opciones y esta fuera la única válida.

Así, en lo que se refiere a la categoría de plata no son pocas ocasiones en las que se afirma que el actual líder, con pie y medio en Primera, no merece serlo. Palabras sin más. ¿Quién no querría que su equipo ganara, aunque no "jugara bien"? Un deporte en el que lo más importante es meter un tanto más que el contrario.

A pesar de la insistencia de algunos, es una obviedad que en el fútbol profesional el resultado es lo más importante por encima de las sensaciones. Unas sensaciones que en ocasiones son usadas para restarle valor a una derrota. Pero, al fin al cabo los marcadores mandan. El resultado por encima de todo lo demás.

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