Su reino es producto de un error que descubrió mientras calzaba unas botas con una plantilla de baja calidad. A partir de ahí, dio forma a unos funcionales zapatos de vértigo con los que la mujer puede caminar sin someterse a una dolorosa tortura, secreto de su éxito abrumador. Para gestionar su línea de calzado, Marta Estrada pasa mucho tiempo en Nueva York. Su historia recuerda mucho a la de otra joven emprendedora y triunfadora, Sophia Amoruso, que cuenta con su propia serie biográfica en Netflix. La influencer, amiga, y clon de Alejandra Rubio -la hija de Terelu Campos-, ha hecho su primera incursión televisiva el último miércoles, junto a otros cinco sujetos de su clase, en su propio reality de MTV. Riccanza World sigue la vida de seis millennials adinerados y superficiales en un viaje de lujo a Capri, donde disfrutan de un fin de semana con mucha clase en la Villa Camelia donde se alojan.

El estilo darks de Estrada la ha llevado a mimetizarse de tal manera con la nieta de María Teresa Campos que, cuando una las ve juntas, no sabe si tiene visión doble. Mismo color de pelo, manera de peinarse, gusto por el negro, las camisetas de bandas de rock, las plataformas... Más que amigas, parecen las nuevas Gemeliers.

El formato en el que se disputa por chupar cámara con otros cinco de su calaña es un continuo llevarse las manos a la cabeza. El exceso, el lujo desmedido y las fiestas salvajes son los ingredientes de este reality show que promete escandalizarnos. Y Marta, con su altísimo tren de vida en la ciudad de los rascacielos, es una de las mayores provocadoras. Coches de lujo, cenas en los mejores restaurantes y ropa de diseño, todo ello siempre acompañando por el irónico humor de sus protagonistas, que disfrutan a diario de sus existencias de lujo y se permiten un lujo que en este caso no sabemos si podrán pagar: el de bromear sobre sus vacuas vivencias y sobre la de los pobres mortales que no se pueden permitir el mismo tren de vida que ellos.

Estrada, de entrada, reconoce que si está donde está es porque se lo ha ganado a pulso. Ha sido muy tenaz y persistente con su sueños, dice, y ahora saborea el éxito. Algo que también le ha granjeado la envidia de no pocas personas de su entorno y, a buen seguro, las traiciones de quienes pensó que eran sus amigos. Suerte que tiene a dos íntimos muy muy fieles: Aless Gibaja y Alejandra. Los tres eran del mismo grupo que Oriana, pero se alejaron de la polémica ex tronista tras desavenencias con la impulsiva concursante de realities. El espacio de Alejandra Rubio en Mtmad es tanto o más interesante que el reality de su íntima; ella, al menos, no se mofa y se limita a enseñarnos los tuppers de comida que le prepara su madre.

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