José Gomes, agradecido -no sé si hasta emocionado-, es bien nacido. Con esa flema portuguesa, Pepe conquista con su carácter, además de por su trabajo. Lo escuchas una vez y te gusta su discurso. Pero escuchando más en profundidad ves que es algo más que un entrenador de paso. Ya en la rueda de prensa previa a la visita del Cartagena se desmarcó de las preguntas de los compañeros de prensa y acabó contando una historia, que la mayoría sabemos porque vivimos hace 15 años, pero que él revivió desde su prisma.

Luego resultó que el miércoles no ganó ante el Cartagena. Pero el bueno de Pepe preparó el truco final para salvarse las espaldas ante la afición y ante el que titula este artículo: tiró de hemeroteca, en una suerte de relato propia del realismo mágico, no sé si más de su tocayo y compatriota Saramago, de García Márquez o Salman Rushdie. Pero el tío sacó a relucir a Emery y dejó una pregunta en el aire antes de levantarse y abandonar la sala de prensa.

Pero es que el sábado noche, tras golear al Fuenla, lo volvió a hacer. De nuevo fintó in extremis, desmarque de ruptura tras algunas preguntas de rigor, y palabras de agradecimiento para Turki. Todo tras recibir elogios y felicitaciones bien merecidas por parte de algunos compañeros periodistas, además de elogiar y felicitar él a Corpas.

Su excelencia, paciente esta vez, tiene en Gomes al soldado que buscaba. Trabajador, metódico, además de afable y agradecido. Los banquillos suelen echar lumbre. Los presidentes llevan siempre las manos manchadas de gasolina. Pero el ministro ha sido cauto, más que otras veces y más que otros dirigentes. Gracias al buen hacer de uno y otro ahora estamos celebrando esa goleada y con otra cara y otros ánimos se afronta lo que viene, que es mucho. Para empezar, otro partido en miércoles ante un recién ascendido que no es ninguna perita en dulce, como el Castellón. Esperamos tu siguiente truco con el Almería, Pepe.

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