Puede ser que sea el aislamiento del estudio de radio y la veneración que en la gente despiertan las voces invisibles, de carácter divino, que la radio ha sido el medio que ha creado los egos más gigantescos que se recuerdan en nuestro país. Sólo hay que arrojar nombres al aire como Encarna Sánchez, José María García, Luis del Olmo o José Antonio Abellán para reconocer que el micrófono es adictivo y a su vez generador de una toxicidad de sentirse importante que llega a tener carácter letal con los años. Los de la radio envejecen mal por esa soberbia mal sobrellevada que tiene vivir en la burbuja del púlpito virtual.

José Ramón de la Morena es el epílogo de los egos tóxicos hertzianos, Rival enconado de José María García, ambos saben que generaron odios laterales innecesarios, excediéndose en el tono que debe tener el deporte por muchos sinvergüenzas que siempre estén revoloteando en torno a la millonada fácil del esfuerzo y los sentimientos colectivos. De la Morena deja la radio cuando se fue dejando por el camino a muchos de los oyentes que lo tuvimos como hábito nocturno. Terminó peleado con buena parte del equipo que le sujetó para que fuera el tipo más seguido en la compañía de las almohadas. Todo fue cambiando, estilos, rutinas, temáticas, soportes, y El Larguero, ahora El transistor, ra ra rá, fue languidenciendo en las ondas por reiterativo, previsible, insípido.

García concluyó en Onda Cero cuando lideraba la primera guerra del fútbol entre Telefónica y Prisa, adquiriendo derechos deportivos a precios desorbitados para Vía Digital. Ahora es también en Onda Cero, radio de Atresmedia, donde hace parada su otrora odiado rival. De la Morena ganaba muchísima pasta para lo que aportaba. Para que en Madrid los equipos y directivos hayan tenido siempre esos sueldos que lindan con lo indecente lo ganaban a costa de una infantería por provincias mal pagada, ninguneada y demotivada: fue, y es, el problema que tiene la radio en España.

De la Morena dice adiós. Allá se marche, con García y otros egos, con el dinero acumulado.

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