Análisis

rubén rozas

Necesidad y placer

Este mes de enero la nueva propiedad trata de dar continuidad a la revolución estival

Ya son más de tres los meses transcurridos desde que la columna de este casi periodista se dio de baja de manera temporal. Un regreso que uno afronta con ilusión. Un mes, este de enero, en el que la nueva propiedad de la UDA trata de dar continuidad a la revolución iniciada en pleno estío, así han partido ya algunos futbolistas de la anterior etapa como Chema o René, ambos cedidos. Un mercado al que los unionistas se presentaron con la imperiosa demanda de reforzar el eje de la zaga ante las bajas de Juan Ibiza y Owona, este último ya desvinculado de la UDA, así como el paupérrimo nivel mostrado por Ozornwafor. No deja de sorprender el papel que está jugando el filial unionista, cuyo técnico, más que ver reforzado su plantel más allá de la incorporación de Jean Marco, contempla como se sacrifica a su equipo, quedando la plantilla más reducida de lo que ya estaba. De esta manera, las dificultades para incrementar el límite salarial están ocasionando que el segundo equipo rojiblanco sea un damnificado. Un conjunto que desde la llegada de Nandinho se encuentra en línea ascendente. Resulta revelador el caso del mediapunta Aliyu, quien tuvo complicaciones para poder pisar suelo español tras su fichaje durante el mes de agosto y pone rumbo a Oriente Medio con un periplo de escasos tres meses defendiendo la casaca rojiblanca. Una nueva propiedad que parece con ganas de fichar por fichar, a la vista de los movimientos ya realizados a pesar del gran resultado clasificatorio cosechado previamente, retornando al liderato. De esta manera, por ejemplo, uno vislumbra innecesaria la incorporación de Sivera a la vista de cómo se encontraba cubierto el arco almeriense con Fernando y René. Lejanas quedan aquellas ventanas invernales en las que fichar era una necesidad para salvar la campaña. Nuevos tiempos.

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