Mirar las audiencias del primer día laborable del curso televisivo fue muy revelador acerca de los dolores de cabeza que esperan a los responsables de TVE en su lucha por mantener la relevancia. El 7,5% de cuota diaria conseguido por La 1, frente al 14,2% de Telecinco y el 13% de Antena 3, más que un dato puntual, puede servirnos para comprender cuál es la tendencia de consumo del espectador medio en nuestro país y la vulnerabilidad y desapego en los que se encuentra la cadan pública.

Confiar las alegrías a los posibles éxitos del prime time no es suficiente. Aunque funcione la próxima ficción Malaka (se estrena el lunes), el humor de Eva Hache en La paisana, el factual Entre ovejas, y sigan manteniéndose Masterchef celebrity, Operación Triunfo 2020 y la serie Cuéntame cómo pasó, los datos globales serán renuentes. La pérdida del liderazgo en los informativos es determinante. Por no hablar de las debilidades vespertinas, que la serie Mercado Central debe aupar. Aumentar el listón de calidad de los programas supondría bajar varios puntos en la tabla. Basta con escrutar los resultados de La 2 cada día para comprobarlo.

Así las cosas, hay que agradecer a La Sexta su puntualidad a la hora de poner en marcha su nueva temporada. Su tripla humorística de cabecera, Aruser@s, Zapeando y El intermedio, no se hicieron los remolones. El 2 de septiembre estrenaron nuevo curso los contenidos del segundo canal de Atresmedia completando sus casi 6 horas diarias de risas, que se suman a las otras seis de tertulia de actualidad política, las de Al rojo vivo y Más vale tarde, que no descansaron en agosto.

La Sexta, qué duda cabe, es una cadena que sabe seducir a su público potencial (un perfil muy amplio, de ahí su mérito), referente de la actualidad, y que emite a diario en directo de las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche con una eficacia indiscutible, sin perder el hilo de la actualidad.

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