¿Nuevo viaje al centro o postureo?

Casado ha cargado sin contemplaciones contra Abascal, que le puede pasar una buena factura

El gran dilema de Casado se ha desvanecido tras unos días de zozobra y aparente indefinición, y el líder del PP sorprendió ayer a todos - sobre todo, a Santiago Abascal, no tanto por su previsible voto en contra de la moción de censura de Vox sino por su arremetida contra su ex compañero y amigo como si fuera su peor enemigo.

Casado ha convertido la moción de censura en una cuestión personal, embriagado en un agravio amargo, poniendo sobre la mesa su "deslealtad" hacia el partido que le ha amamantado y "le ha dado trabajo (y sinecuras) durante 15 años".

Le reprochó que tenga la desfachatez de polarizar España buscando su propio provecho, "sacando a hombros a Pedro Sánchez" y dibujando un país "de trincheras" y "cainita que, según el líder del PP, patrocinan tanto el Gobierno como la ultraderecha (el término se lo ha ahorrado, pero lo ha sugerido), y ante la que se ha erigido como dique de contención en nombre de "la España tranquila" y como alternativa "serena, sensata, responsable y moderada".

"En política, no es posible lo que es falso", dijo Casado respecto a las tozudas matemáticas que desbarataban de antemano la iniciativa de Vox. "Una moción de impostura que nada tiene que ver con un debate de interés general. Nos hace perder el tiempo en medio de una pandemia mientras el Gobierno aprovecha la moción para ocultar el fracaso de su gestión", criticó el líder del PP.

Casado ha roto la baraja con Vox con su paciencia agotada. "En estos dos años como presidente del PP no he contestado a sus provocaciones por respeto a sus votantes. Hoy por fin ha quedado al descubierto. Hasta aquí hemos llegado", zanjó el líder de los populares, quien puso en valor la experiencia de su partido para dirigir la cuarta economía de la zona euro. "No es lo mismo dirigir un transatlántico que una moto acuática", sentenció ante la "perplejidad" de Abascal.

El líder del PP pidió a su todavía aliado de la extrema derecha que "no engañe a los españoles" porque, a su juicio, las mociones "no son para censurar al Gobierno, para nombrar a uno nuevo, y ni siquiera para convocar elecciones". "Vox es el seguro de vida de Sánchez para ser inquilino de la Moncloa, quería cortar las dos orejas del PP y ha acabado como monosabio de Iglesias", sentenció.

La andanada de Casado pilló a contrapié al propio Pablo Iglesias, que felicitó a Casado por su "brillante discurso de corte canovista", poniendo en valor a "Pablo" (así se dirigió al líder del PP varias veces, puntualizando que sabe que no es un ultra) ante su propia bancada, "faltona y maleducada, que "no está a tu altura Pablo y que con sus malos modales mete miles de votos en la urna de Vox".

Pero Iglesias le advirtió de que "llega tarde" en la "guerra civil" en la que el vicepresidente segundo del Gobierno ve inmersa a la derecha y, por ende, al PP en la boca del lobo, del "monstruo que ha alimentado". "Ustedes se han metido solitos en un atolladero del que les va a ser muy difícil salir", en alusión a la connivencia que el PP ha venido manteniendo con la ultraderecha con sus pactos de gobierno en las comunidades de Madrid, Andalucía y Murcia y decenas de ayuntamientos en toda España.

El atónito Abascal confesó que no se esperaba una intervención tan dura contra los que le han dado cotas de poder "sin obtener a cambio ningún cargo" y se mostró hasta compungido por que su antiguo partido le "caricaturizara tan brutalmente".

"Por fin vuelve el PP de siempre, el secretario de comunicación de Mariano Rajoy", le replicó con sorna el líder de Vox, que se confesó "perplejo" ante la dura intervención de su antiguo camarada. No obstante, Abascal aseguró que los ciudadanos de las comunidades en las que el PP gobierna gracias a Vox pueden tener "tranquilidad", insinuando que mantendrá el apoyo a pesar de los pesares.

El Congreso le dio ayer en bloque la espalda a la ultraderecha y la foto de Colón se va al fondo del mar, pero Vox y el PP son aliados naturales y aún está por ver si el nuevo viaje al centro de Casado tiene recorrido o es postureo coyuntural.

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