Análisis

PANDEMIA Manuel barea 22

Ojo, la extrema derecha se aburre

Leo el decálogo de motivos que el jefe del partido de extrema derecha Vox, Santiago Abascal, esgrime para no atender la llamada telefónica del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Lo imprimo en papel y lo archivo en un pen con la intención de guardarlo. Puede constituir todo un hallazgo en algún momento del futuro tan incierto que tenemos por delante (si es que lo tenemos). Su relectura -creo que la tercera- me reafirma en la conclusión a la que llegué hace tiempo: una de las características más definitorias de estos líderesneoultras del siglo XXI es esa especie de siniestro aburrimiento que los empuja a cavilaciones esotéricas cuya conclusión es la de siempre: la solución al problema no es que pase por ellos, es que está en ellos mismos. En esto, en realidad, no difieren mucho de aquellos innombrables líderes del período de entreguerras del siglo pasado.

La nueva extrema derecha se aburre con el confinamiento mucho más que el resto. Dándole vueltas y más vueltas a sus vetustas y seculares neuras, la nueva extrema derecha hace que nuestro confinamiento sea mucho más tedioso de lo que ya es. En esto también se muestra insolidaria, egoísta. Estamos haciendo un esfuerzo hercúleo por no venirnos abajo y buscarle al encierro el mínimo positivo que pueda tener y llega la nueva extrema derecha a infectarnos con su peligroso aburrimiento y -qué curioso- al mismo tiempo a vendernos su Vacuna Salvatodo, su Antídoto Milagroso.

El jefe de la nueva extrema derecha española se está aburriendo. Creo recordar que dio positivo, por aquel sarao de su partido en Vistalegre. Desconozco si eso le ha dejado alguna tara. Habrá quien diga que ya la traía de fábrica. Quizá dedicó aquellos días febriles de su reclusión a darle vueltas al coco para ver qué se puede sacar de todo esto. Al parecer cometió el desliz de apoyar el primer decreto del estado de alarma. Tal vez su aburrimiento no había alcanzado los niveles del que tiene ahora. Probablemente debido a que eran menos días de confinamiento, claro. Puede que no hubiera cavilado tanto...

Ahora ya lo ha hecho. Admito que me sorprendió ese respaldo inicial a las medidas del Gobierno "socialcomunista" o del "Frente Popular". Pero aunque lo hizo salta a la vista que el aburrimiento de Abascal ha ido en aumento. Sin embargo, más que aburrimiento, uno apunta por la desazón. Me da que el jefe voxiano estaba siendo presa de un reconcomio que lo tenía en un sin vivir al asomarse al río revuelto y no echar las redes para obtener ganancias. O intentarlo al menos. Estaba reprimiéndose y dejando pasar así una oportunidad de oro para sacar -en el futuro, que ni él ni los suyos verán tan incierto- réditos políticos cuando más fácil resulta hacerlo: cuando la población es más vulnerable, está más delicada y quiere sanar rápido creyendo que puede hacerlo en manos de un curandero.

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