Los partidos se definen por momentos, las rachas retratan a los goleadores y la historia de los clubes se escribe por etapas. La importación de jugadores, como correspondía a un club sin cantera, marcó la etapa que presidió Alfonso García. El empresario de Águilas rastreó en cuatro de los cinco continentes -Oceanía la dejó fuera- y vistió con los colores de la UDA a 80 futbolista extranjeros, entre fichajes y cedidos, bajo su presidencia entre 2003 y 2018, en todas las posiciones, con perfiles diferentes y un dispar rendimiento. Brasil y Argentina fueron los dos mercados que más jugadores abastecieron a la entidad unionista y Hélder Barbosa es el único jugador portugués en esa larga colección de nombres y países. El luso recaló en la 2013-14, cedido por el Sporting de Braga, y pasó con más pena que gloria. Su único mérito fue marcar el gol del honor del Almería de Francisco, en la goleada encajada 6-1, en San Mamés. La realidad actual es bien distinta. La nueva propiedad ha cambiado su mirada y Portugal y Uruguay, en menor medida, son ahora los graneros que han alimentado en buena parte la plantilla del pasado curso y la actual. La llegada de Ivanildo y Schettine, luso y brasileño con pasado en el fútbol luso, y del uruguayo Brian Rodríguez, viene a confirmar aún más la prevalencia de este cambio de tendencia en materia de fichajes y dibuja una suerte de reedición del 'Pacto Ibérico', de 1942, entre España y Portugal, en versión futbol. "Tú fichas y yo te proporciono plazas en mi plantilla con opción de compra", parece decir el articulado de esta relación entre la UDA y el fútbol luso. La balanza comercial es positiva con el fichaje de Darwin Núñez y ha proporcionado hasta ocho efectivos de una Liga cercana sólo en lo geográfico, 'menor' y poco explotada.

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