Almería, 23 de abril de 2020. Estimado Piñeiro, justo hace unos días hablaba con un empleado del club del escenario que se les hubiera presentado en mitad de esta pandemia mundial con Alfonso García todavía al frente. La distopía hecha realidad que desafortunadamente vivimos, por suerte para la entidad se disipó con la venta el pasado verano porque ese empleado, de los bien cualificados, no albergaba duda alguna de que en el mejor de los casos se habrían visto abocados a un ERTE en su versión más dura, incluyendo a todos sin distinción, desde el futbolista con el sueldo más alta hasta el utillero. Ya digo que esos tiempos de hojarasca, de hojas secas caídas de los árboles cubriendo el suelo, ya pasaron y ahora los aficionados viven una eterna primavera que esperan pueda verse concretada con el ascenso en pleno verano, si es que el circo se reanuda finalmente. PD: 23 de abril, mis respetos al manco de Lepanto.

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