Análisis

raúl piñeiro

Perdiendo rueda

René, junto con Pozo y Alcaraz, nos están sosteniendo durante esta temporadaComo caigamos en descenso será casi imposible salir de ahí, vista la trayectoria

Me va a disculpar mi compañero Javier Montoya, el auténtico especialista del mundo del ciclismo, pero hoy me ha dado por utilizar la jerga ciclista para analizar la marcha de la UD Almería, que tantos quebraderos de cabeza nos da. El Almería está perdiendo rueda, esto es, se está quedando rezagado en la cola del pelotón y ve como lo que sería el autobús, que serían los puestos de descenso, se le acercan, con el riesgo incluso de que la próxima jornada le pillen por completo.

No es que al Almería le haya dado una pájara, ya que ni el juego, ni la trayectoria del equipo es que fueran buenos antes de estos seis partidos consecutivos sin conocer la victoria. El Almería aprovechó el respiro que le dio la escalada en el calendario, con las victorias ante Lorca y Sevilla Atlético, haciendo la goma, pero poco más. La cuesta por la permanencia estaba y está cada vez más empinada.

Es por esto que el Almería, más que ponerse a rueda, lo que tiene que hacer es ponerse una referencia visual, marcarse un buen ritmo de pedaleo y rezar para que le sea suficiente para acabar la carrera de la salvación. En este caso, la referencia visual no puede ser otra que el Albacete, rival de este fin de semana. No hay excusas. Las sanciones, las lesiones o el poco compromiso de ciertos futbolistas no pueden impedir que el Almería sume tres puntos vitales. Hay que ganar a toda costa, porque todo lo que no sea hacerlo nos puede condenar al descenso. Como caigamos en esos puestos, será prácticamente imposible salir de ellos, vista nuestra trayectoria, la de los rivales y visto lo que ofrece este equipo. El empate en Cádiz fue un milagro. Cuando vi la alineación, no sabía si reír a lo loco o ponerme a llorar. Acabar el partido con la puerta a cero fue un nuevo milagro de San René, que junto a Rubén Alcaraz y Pozo nos está sosteniendo esta temporada. Que nosotros fuéramos incapaces de anotar, fue otro día más en la oficina.

La dirección deportiva se ha cubierto de gloria con sus fichajes y el presidente ha sido negligente, porque tanto ha querido exprimir su juguete, tanto ha racaneado que, como se confirme un descenso más que factible, está a punto de dejar al club peor de lo que lo encontró.

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