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Análisis

Pablo Martínez -Salanova Peralta

Quince minutillos

Este año el horario del partido de Champions se ha retrasado un cuarto de hora

Parecía que íbamos por el buen camino. Recientemente saltaba la noticia de que a lo del cambio de hora le queda poco tiempo. Se acabó el lío de si a las dos serán las tres, de si dormimos una hora más o una hora menos o ese día infernal para los padres, porque los bebés no entienden de horarios de verano o de invierno. Por lo general hay un clima de aceptación, aunque no tengo muy claro el motivo. Puede ser porque en principio se va a apostar por el horario de verano y así se evitaría que se hiciera de noche en diciembre a las cinco de la tarde y que la gente se deprima o que se resienta el turismo. Yo, ya puestos, iría dos pasos más allá y pondría mi hacha al servicio del horario de invierno. Que en Galicia amanezca a las diez de la mañana, aunque raro, me importa bien poco, pero así estaríamos en mejor disposición de adaptarnos al estilo de vida europeo que tanto anhelamos los españoles, tan lastrados por jornadas maratonianas, partidas y tan poco productivas. Así, a las nueve todo el mundo en la cama, como debe ser, como hace la gente de bien.

Pero ahora van los europeos y retrasan los horarios de la Champions de este año, poniendo el partido de las nueve menos cuarto a las nueve. Sí, apenas es un cuarto de hora, pero si algo estaba bien ¿por qué cambiarlo? Pues porque el fútbol, como todo, al final se mueve por dinero. Aquí pagan las televisiones, y si el que paga dice que se pone un partido a las siete y otro a las nueve para abarcar toda la tarde con emisiones y llegar a más audiencia, pues se pone y punto.

Que lo mismo estoy sacando las cosas de quicio, pero ya veremos cuando lleguen las eliminatorias, las prórrogas y los penáltiles. Que aquí la gente tiene que seguir levantándose para trabajar al día siguiente y esos quince minutillos de nada pueden ser un mundo entero para el pobre desgraciado al que le suene el despertador a las cinco menos diez. Que alguno habrá.

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