Análisis

nico garcía

Remontadas

Si en prebenjamines saben temporizar y tirar de otro fútbol, en profesionales es obligado

El Almería se ha adelantado 15 veces esta temporada, sumando en una docena de ellas, en concreto, nueve triunfos, tres igualadas y otras tantas derrotas. El lunar está en calidad de visitante, cediendo en cuatro ocasiones la ventaja que tenía, la última vez en el José Zorrilla.

Ocurrió lo mismo (idéntico resultado e idéntica situación) en Pamplona y Oviedo. El gol inicial de Soleri también fue volteado por el rival en Huesca, aunque al menos otro tanto del italiano en los últimos compases del envite sirvió para sacar un punto. En el Estadio de los Juegos del Mediterráneo la UDA tampoco supo conservar su tanto inicial ante Valladolid y Nástic. Si el cuadro unionista sólo ha logrado remontar para llevarse los tres puntos en el Artés Carrasco ante un defenestrado Lorca, ha logrado desperdiciar su gol inicial en seis ocasiones.

No es fácil ver portería fuera de casa y menos adelantarse, por lo que se antoja un aspecto en el que trabajar Lucas Alcaraz. En el fútbol todo se trabaja: jugar en superioridad numérica, hacerlo en inferioridad, mantener una virtual victoria, tener que remontar...

Hay numerosas tareas para ejecutarlas en las diferentes sesiones, dando la sensación desde fuera -el técnico granadino y su cuerpo técnico lo sabrán mejor que el que suscribe- de ser uno de los aspectos a mejorar de aquí a final de temporada. En muchos de los partidos mencionados anteriormente el rival remontó rápidamente. Sin embargo, en el José Zorrilla el tanto de Mata llegó en los últimos minutos, echando de menos también ese otro fútbol por parte del Almería.

Es cierto que, generalizando, se trata de una plantilla joven, pero si un equipo prebenjamín sabe cuándo temporizar el encuentro y tirar de ese otro fútbol, es obligado que un conjunto profesional se aplique el cuento. Más que nada por su bien.

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