Partiendo de la base de que para un deportista debería ser lo máximo representar a su país, eso no quita para que su empresa/equipo, que es quien le paga y en la mayoría de los casos bastante bien, decida que necesita de sus servicios como el comer y -pudiendo acogerse a determinadas letras pequeñas- lo retenga. Eso es justo lo que va a hacer la UDA con Sadiq y compañía, algo que aficionados de otros equipos consideran que es como para poner el grito en el cielo sin saber que van a rebufo de los rojiblancos.

Si 2020 fue un año atípico, 2021 lo va a seguir siendo. La situación sanitaria no invita a exponer a nadie al más mínimo riesgo, ya habrá tiempo de que el delantero nigeriano saboree las mieles de la internacionalidad. Quizá más adelante la seguridad sea mayor, quién sabe si ya estará en otro club de mayor enjundia al que perder al delantero nigeriano para dos o tres partidos no le resulte un problema.

En Almería lo sería y más aún teniendo en cuenta que su único posible sustituto de cierta garantía ya contrastada es Juan Villar, al borde de la suspensión por acumulación de tarjetas amarillas. Schettine, con todos mis respetos, es un melón por abrir y jugarse el ascenso con el novato arriba sería un riesgo a evitar.

A todo esto, este domingo a mediodía toca lidiar con una Ponferradina con muchas bajas, entre lesiones, cláusulas del miedo y demás. Sin Curro o Aguza en el centro del campo, una de las amenazas que sí podría estar en la delantera es el sempiterno Yuri, el primo de Charles. La cuestión es que no se puede pinchar mucho más y desaprovechar ocasiones como las de la jornada pasada para acercarse el líder Mallorca o meter más distancia con el tercero en discordia Espanyol. Pero ante todo, que los partidos de selecciones sean el único virus que nos preocupe.

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