Análisis

Pablo Martínez -Salanova Peralta

Simpático

Ahora el problema de España va a ser si Luis Enrique es agradable o no con la prensa

Durante estos meses de verano es un soplo de aire fresco la llegada de los becarios a la redacción. Cierto es que a alguno dan ganas de matarlo, porque el ímpetu de la edad mal canalizado puede dar lugar a enteraíllos que se creen que lo saben todo cuando aún no han salido de la facultad. Pero la tónica general es un inocente entusiasmo que te hace reconciliarte con esta profesión cuando ves cómo cualquier rutina diaria es para ellos carne de Pulitzer.

El otro día volvían un par de ellos indignados de una entrevista en la que su interlocutor no había sido especialmente simpático. Pues no les queda nada que sufrir entonces, porque en este mundillo se van a encontrar de todo y tampoco es que nadie tenga la obligación de atender a la prensa con una sonrisa.

Tras la debacle de España en el Mundial de Rusia, en cuanto empezaron a sonar nombres de futuribles seleccionadores y saltó la posibilidad de Luis Enrique, me sorprendió que entre los compañeros, curtidos ya, nada de neófitos, el primer inconveniente que se le veía al asturiano era que no le gustaba la prensa, que era un borde y que algo así no era tolerable en un entrenador del combinado nacional. Lo de que pueda cargarse el estilo, el tiqui-taca, la posesión y demás, ya como que era lo de menos, porque aquí lo verdaderamente importante es que sea simpático.

Vamos a ver, no. Un entrenador puede ser agradable, borde, tímido o directamente un imbécil. Pero lo que deberíamos analizar para empezar es si es competente para el puesto. Mal vamos si uno de los titulares de su primera comparecencia en el cargo es si va a ser o no simpático, porque a la vista ha quedado que España tiene otros problemas más graves que habría que solucionar antes.

Yo soy muy de Luis Enrique, reseco o no, porque soy de una generación que creció indignada por el codazo de Tassotti, y las lágrimas y la sangre que derramó en el 94 me parecen suficiente acreditación.

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