El mundo del fútbol ha parido un sinfín de frases hechas. Más o menos acertadas y simpáticas, las hay de todo tipo y condición. Se trata de expresiones propias que resumen e identifican una situación o cosa. "Mucho azúcar, pica diente" es una de ellas. La rescató del olvido el avilesino Esteban Andrés Suárez. El que fuera portero de la UD Almería entre las temporadas 2008/09 y 2013/14 recurría a este dicho para advertir y estar alerta de los peligros del exceso de confianza. Detrás de la derrota de la última jornada en Córdoba se escondió mucha de la verdad de esa frase. Este periodista no puede probarlo, pero está persuadido de que la soberbia y la pereza se encuentran en el origen de ese revés. Los de FF, aupados en la euforia de tres victorias consecutivas, se dejaron llevar por esa ola y se engañaron. Los De la Hoz, Corpas y compañía cayeron en la trampa. La suya fue una derrota dolorosa, por la condición de colista sin triunfos del rival, y con referencias a dos de los pecados capitales: la pereza y la soberbia. El primero, el más metafísico, es de aplicación a los unionistas por la tristeza de ánimo que demostraron. La apelación al segundo, principal fuente de la que derivan los otros pecados , es más grave y seria, toda vez que la UDA había hecho bandera hasta ese partido de su humildad. Ni tenía ni tiene motivos para sobrevalorarse y creerse superior y superar todo lo que digan o hagan los demás como fue el caso en El Nuevo Arcángel.

Los Diez Mandamientos, y aquello de "amarás al prójimo como a ti mismo", no valen en el fútbol. Los pecados capitales tampoco. Ni la ley divina ni los pecados humanos. Todo es más sencillo, en apariencia. Correr y correr con cabeza, y si puede ser con acierto, es el camino. La autocomplacencia es un atajo falso. Sacar pecho no es recomendable.

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