Hablamos de la mejor UDA de la historia en Segunda, cumplida la jornada 13 (no confundir con el mejor arranque). Pero no solo eso, sino la UDA que más victorias ha logrado y más tantos ha materializado llegados a dicha jornada 13. Ni la de Emery, ni la de Javi Gracia, que acabaron ascendiendo, ni tampoco la de Casuco, que en la temporada 2003/04 sorprendió a propios y extraños en esas 13 primeras jornadas, alcanzaron todas esas marcas. Hasta el intratable Espanyol de la anterior campaña ha sido superado hasta la fecha. ¿Eso significa que el conjunto de Rubi domina a placer todas las facetas del juego? Es obvio, sabemos que no, pero también se adivinan varias de las razones del porqué el tercer proyecto de Turki lidera en solitario. No solo salta a la vista el referido dato de goles a favor, sino la escasa cifra de tantos en contra. De hecho, puede que al término de esta jornada se encabece también la clasificación de los menos goleados. Por ahí se está fraguando gran parte del momentáneo éxito, exhibiendo cohesión entre líneas más allá de jugar mejor o peor. Al conjunto de Rubi no le generan tantas ocasiones como en recientes temporadas, dada la solidez del bloque. Además, en ataque el porcentaje de acierto está siendo altísimo, tanto que ante el Leganés casi fue de un 100%. Ante esa tesitura, unos días se puede brillar más que otros, o incluso las decisiones del técnico pueden estar más o menos acertadas según qué partidos, pero si se compite sobre una estructura fija, un esquema reconocible, todo resulta ser más sencillo. Ante el conjunto pepinero se perdió en la temporada anterior gran parte de las posibilidades de ascender con aquel penalti surrealista pitado en contra, mientras que esta vez el tanto errado por Arnáiz podría hasta servir de acicate de cara a elevar la confianza de quien comienza a creerse eso de ser uno de los grandes de la categoría. Ahora bien, son momentos para que victorias como esta última sirvan de manual con el fin de corregir ciertos aspectos que con un triunfo y un liderato se asimilan mejor. En concreto, ante el Leganés se abusó del juego directo sin la intervención de jugadores como Portillo o Arnau, demasiado alejados de Samú y De la Hoz. Por esa razón, el porcentaje de posesión de los centrocampistas más defensivos, y de la propia zaga, fue excesivo. En una de las pocas jugadas que sí se pudo conducir el balón con más control, vino el tanto de la victoria. Clave, el pase ente líneas de Lazo, que participa poco pero que es capaz de desatascar un partido con una sola genialidad. También, cómo no, Fernando volvió a poner su granito de arena con su seguridad bajo palos, si bien el excelente portero murciano cometió un error que pudo costar dos puntos. De nuevo, y van unas cuantas en los últimos choques, salió Fernando a destiempo arrollando (que no chocando) a Chumi que encimaba al delantero visitante. Contra la Real Sociedad B, con empate en el marcador, el cancerbero murciano provocó una situación similar. Un diez para Fernando bajo palos, pero un suspenso en varias de sus últimas salidas ejerciendo de libre. El mal juego en algunos encuentros, los errores puntuales o el egoísmo de Sadiq, son suplidos por la cohesión de un equipo no exento de chispazos individuales. En Gijón, toca coronarse...

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