érase otra vez una niña llamada Estrella. Tenía mucha imaginación pero de mayor quería ser científica, ya que le gustaban mucho las matemáticas.

El jueves 12 de marzo de 2020 vio por la televisión que comenzaba la cuarentena, y desde ese día vivió su nueva vida:

Día 0: El último día de cole aprovechó para coger todos libros y poder hacer así los deberes.

Día 1: Estrella se quedó en su casa jugando a muchos juegos: al escondite…etc. Pero sus juegos favoritos eran los puzles de 100 piezas. Tenían que tener 100 piezas exactas. No le gustaba cuando venían por error 102 o 110. También dibujó un arcoíris con una sonrisa y una frase que decía "después de la tormenta vienen las sonrisas". Ese día hizo los deberes en la terraza.

Día 2: Aún en casa, con su familia, se lo pasaba bien pero jugo a esconder juegos y al escondite tradicional, que era más aburrido. Sin olvidar los deberes.

Día x: ……..

Cada día se aburría más y más. Pero de repente se le ocurrió una vacuna contra el virus. Se la contó a su familia. Les dijo que estaba muy bien pensada.

La explicación que les dio fue esta: cómo todas las personas aprendemos de otras personas pensó que lo mismo pasaba con el cuerpo humano. Había pensado en coger a una persona que ya lo hubiera pasado para pedirle una gota de sangre con un traje espacial. Esa gota tenía las células que vencían al virus. Y esa se la pondría Superestrella a todo el mundo como una vacuna y nadie se contagiaría. Y así el Rey Virus se iría del mundo con su corona. Todo el mundo podría salir a la calle y los niños y niñas podrían salir a jugar en el parque.

Día 40: Entonces Superestrella le puso la vacuna a todo el mundo y el planeta se curó.

Día 45: El Rey Virus se fue con su corona incluida.

Y colorín colorado esta historia se ha acabado, pero hay más historias que contar...