Análisis

jorge colipe

Superliga

Si aún no se ha parado a ver un partido de fútbol femenino, hágalo, es muy recomendable

Esta es la segunda temporada que sigo la Superliga femenina de fútbol. Me gusta. Me gusta ver un fútbol más puro, lejos de la teatralización, la sobreactuación y el engaño. Las chicas que practican fútbol lo hacen en su inmensa mayoría solo porque les gusta. Pocos apoyos, cero patrocinadores y en muchas ocasiones algunos familiares en las gradas. Por supuesto que como en todas las cosas, no es lo mismo jugar en el Barcelona o en el Atlético de Madrid, equipos hegemónicos en la competición doméstica, que integrar la plantilla, por ejemplo del Logroño o de la Fundación Albacete. Lo digo desde el absoluto respeto, en una liga donde también compite un Madrid CFF, pero muy alejado siempre de los equipos de arriba. Si lo comparamos al fútbol profesional masculino, digamos que las chicas poseen un juego más lento, cometen pocas faltas y casi siempre hay goles, algo que creo que muchas veces sucede porque la mayoría de las porteras no destacan por su estatura. La excepción que confirma la regla son los 1,87 metros de la guardameta bética, la japonesa Erina Yamane. También en la Superliga o Liga Iberdrola se ha producido un récord de asistencia, fue la temporada pasada cuando el Atlético de Madrid se jugaba el campeonato y lo visitaba el Madrid CFF. Más de 22.000 personas fueron testigos en el Wanda Metropolitano de un empate que convirtió la entrada en la quinta de esa fecha en todo el fútbol nacional. Es un dato importante ya que indica lo atractiva que resulta la propuesta para el público que asistió al derbi femenino de la capital, que en cantidad de espectadores solo se ubicó detrás del Barça-Athletic, Real Madrid-Girona, Valencia-Alavés y Betis-Espanyol. Si aún no se ha detenido a ver un encuentro femenino, hágalo. Es altamente recomendable. Es una vuelta al origen. Es la pureza, que no ingenuidad, bien entendida. Es el placer del juego y el apoyo necesario para que la práctica continúe su imparable crecimiento.

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