No hay atracción que simbolice mejor el éxito y fracaso del fútbol que la de una noria. En Viena, junto al Prater, donde juega el Austria de Viena, se levanta una de las mayores del mundo. Su altura es de 61 metros. Es todo un activo turístico y ha servido de localización a varias películas. Ganadora de un Oscar y la Palma de Oro en Cannes, El Tercer Hombre, una de ellas, es una obra maestra del cine negro. Narra la muerte por atropello de un hombre, mezclado en la trama del mercado negro, y la sospecha de su amigo, al que había dado trabajo, de que el accidente no fue fortuito y fue asesinado. Muy querido por la afición y poco admirado por el club, la renuncia de FF a seguir la próxima temporada está escrita con el guión de la desconfianza. El trabajo del zapillero, 'bombero' ocasional y picapedrero en la cantera, ha tenido mucho de deber y poco de placer. El hijo del frutero hizo lo debido, pero entiende que el club no debió de hacer lo que hizo. El dueño del club negoció con entrenadores y, tras recibir la negativa de todos, le contrató para este curso. García Gabarrón, con un florido palmarés de 16 ceses de 26 entrenadores desde la 2003/2004, desconfió entonces. El becario se ha diplomado y tiene motivos para desconfiar de su contratante, por negarle el pan y la sal. El desenlace reproduce de forma palmaria los casos de Unai Emery y Javi Gracia. El de Hondarribia hizo cumbre con el ascenso y la octava plaza, mejor clasificación histórica del club en Primera, y se fue al Valencia, recordando que el Everest es el techo del mundo y ya no queda más que descender tras hollar su cima. El navarro, timonel del segundo ascenso, rechazó el proyecto deportivo del club y algunas imposiciones, y se fue al paro. El club tenía el técnico que necesitaba. Tendrá otro, pero ha de buscarlo por necesidad.

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