Análisis

Dr. bartolomé beltrán

Trastornos del sueño

Quizás, por su efecto reparador, dormir bien es una de las mejores medicinas preventivas

Un sueño de calidad es básico para tener una buena salud. Sin embargo, más de cuatro millones de españoles sufren algún trastorno crónico del sueño, aunque los datos reales de personas sin diagnosticar podrían ser todavía más elevados. Además, otras investigaciones afirman que sólo un tercio de los españoles duermen las horas necesarias durante los días laborables. De hecho, más de un 30% de la población se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o termina el día muy cansado. Las mujeres, personas desempleadas, divorciadas y las personas mayores son quienes más lo padecen, aunque recientemente hemos sabido que un 25% de los niños también lo sufre.

Los problemas de sueño pueden manifestarse por factores estresantes y se complican por malas conductas como el consumo de sustancias, el trabajo a turnos, el jet lag y las enfermedades psiquiátricas. Me comenta el doctor Francisco Valenzuela, neurólogo y responsable de la Unidad del Sueño Hospital Nuestra Señora del Rosario, que "los tipos de trastornos del sueño más habituales son el insomnio, el síndrome de las piernas inquietas, la apnea del sueño y la narcolepsia; problemas que pueden tener graves consecuencias para la salud, como alteraciones en el sistema inmune, o incluso daños en las estructuras del cerebro". También pueden causar déficits cognitivos y aumentar el riesgo de obesidad, hipertensión y riesgo vascular. "El síndrome de apnea del sueño es una enfermedad crónica caracterizada por la obstrucción repetida de la vía aérea superior donde se produce el cese completo o parcial del flujo aéreo por el aumento del colapso de la vía respiratoria. Este colapso provoca hipoxia intermitente con microdespertares que inducen a su vez a la fragmentación de sueño", afirma el experto.

Los síntomas del síndrome de apnea más comunes son episodios de asfixia, movimientos anormales, nicturia, reflujo gastroesofágico, polidipsia durante la noche, diaforesis, congestión nasal, hipersalivación y pesadillas. Durante el día lo más frecuente en los pacientes es el sueño no reparador, fatiga, cefalea matutina, irritabilidad, apatía, depresión, dificultad para concentrarse, alteración de la líbido e impotencia sexual, sequedad faríngea y bucal matutina. En cuanto al consumo de alcohol antes de dormir, disminuye la latencia de sueño fragmentando la segunda mitad. Con el consumo continuado se va desarrollando tolerancia al efecto hipnótico pero se mantiene el efecto trastornador del sueño. En quienes padecen alcoholismo, el porcentaje de insomnio es mayor, tardan más en conciliar el sueño, con menor eficiencia y un patrón más desorganizado con múltiples despertares.

Por su parte, para el tratamiento del insomnio se requiere un diagnóstico global. Las primeras medidas a tomar son reconducir los hábitos intentado evitar el tratamiento farmacológico. Por todo ello podemos decir que, dormir bien, no solo nos sirven para estar descansados, sino también para que nuestro cuerpo pueda reparar durante las horas de sueño los daños causados a lo largo del día. Quizás dormir sea el mejor medicamento. Seguro.

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