Londres, 23 de julio de 2020. Estimado Navarro, el 'Fuenlabragate', como se conoce en las redes sociales al follón montado por los positivos de Covid-19 del conjunto madrileño, aplazando su partido en Riazor, mientras el resto de la jornada se disputaba, ha dejado al aire las vergüenzas de la LFP, que sigue autoproclamándose la mejor liga del mundo, pero no deja de ser el cortijo de Javier Tebas, al más puro estilo de una república bananera. Hoy el Almería tendría que haber jugado la ida del play-off contra el Girona, y aquí estamos. Con una incertidumbre y un desasosiego cada vez mayor por culpa de la prolongación de una agonía rojiblanca que, como destacaba en mi columna del martes, es un auténtico sinvivir. Si lo del Fuenlabrada ha sido un despropósito, lo del Almería no se queda atrás. Al conocerse el aplazamiento de ese partido, Mario Silva tuvo que haber cambiado de planes para asegurar el tercer puesto. Prefirió seguir con un equipo plagado de suplentes y ahora, si hay play-off, nos toca bailar con la más fea…

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