Ned Stark avisaba en la serie Juego de Tronos de la llegada del duro invierno. En esa advertencia, el principal miedo era la aparición de los caminantes blancos. En clave Almería, esos personajes temidos serían los fichajes fallidos del pasado enero. Queremos ser esquivos en nuestro recuerdo del pasado mercado invernal. Siete incorporaciones entre las que destacan en el aspecto negativo nombres como David Costas, Francis o Kaptoum.

El único superviviente del infame episodio es Villalba, que lo cierto es que tampoco es el mismo que al inicio de 2020, habiendo mejorado este curso. Con el equipo a tres puntos del ascenso directo, pronto arranca un momento crucial en la temporada. La rumorología inicial en estos primeros días se basa en la especulación de aquellos que quieren mover las maracas recordando las palabras de Quevedo y su Poderoso caballero es don Dinero. En ese todo vale, con la justificación de las fuentes infalibles, los disparos al aire y las portadas de puro humo abundarán. La situación actual, que en otros períodos sería de necesaria revolución, apunta más a un calmado continuismo. Esta apuesta es fundamental para proseguir con la dinámica que tiene el conjunto rojiblanco. El trabajo realizado debería ser la muestra más evidente para que el proyecto se quedase prácticamente tal y como está.

Dentro de estos mínimos movimientos, los detalles que reforzarían la actual plantilla serían un delantero rematador, un mediocentro organizador y un central suplente. No obstante, son opciones que, dentro de mejorar el plantel, no son emergencias absolutas, más allá de ese nueve, que es la parte en la que más flojean los chicos de Gomes. Y es que, con el entrenador luso en el banquillo, la directiva ha demostrado tener más paciencia. Tras la eliminación frente al Girona en playoffs, tras las tres derrotas seguidas y, si todo marcha con normalidad, tras este período de fichajes. Winter is coming.

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